En diálogo con FM Fuego, Marcela relató que la situación es “lamentable” y destacó el impacto que tuvo la revocación de la cautelar de Sueño Fueguino, que impedirá que la empresa continúe operando bajo condiciones que le permitían competir en el subrégimen industrial. La trabajadora explicó que, pese a que la empresa presentó un recurso extraordinario ante la Corte Suprema, aún no hay una resolución y, mientras tanto, la intervención de autoridades como el secretario de Industria genera presión sobre la aduana para limitar la salida de productos terminados.
“Lo único que quieren es que la industria textil cierre y que los trabajadores quedemos en la calle. Hoy, 35 familias se quedaron sin trabajo, y lamentablemente el que más sufre es el trabajador, que depende de su salario para vivir”, afirmó Marcela. Recordó que hace unos años, el sector contaba con más de 1.100 trabajadores entre indumentaria, hilado y textiles, mientras que hoy apenas superan los 300.
La trabajadora subrayó que la industria textil fueguina no solo genera empleo, sino que representa “trabajo con valor agregado y orgullo, con identidad para el país”. Criticó que las decisiones se toman desde Buenos Aires, sin conocer el detalle de las tareas que se realizan en las fábricas locales.
Además, destacó que algunos funcionarios sostienen que en la provincia solo se realiza ensamblaje, lo que, según ella, demuestra un desconocimiento total de la complejidad del trabajo textil. “Eso refleja ignorancia de parte de quienes están en el gobierno. Primero deberían recorrer las fábricas, conocer de cerca la tarea de los trabajadores, y recién después tomar decisiones. Acá se realiza un trabajo del que podemos sentir orgullo; la industria, ya sea nacional o fueguina, es parte de la identidad y la columna vertebral del país. Cada producto es elaborado con manos de argentinos y se ofrece tanto dentro como fuera del país. Por eso, hay que darle valor, protegerla y cuidarla: son fuentes de trabajo genuinas.”
En cuanto a Blanco Nieve, Marcela denunció abandono por parte del dueño: “Hace más de 20 días se liberaron las cuentas, y no puso un centavo. Tampoco se hizo cargo de las obras sociales ni de los aportes. Ahora dependemos de vender sábanas y productos que tenemos para poder completar nuestros haberes”. La trabajadora incluso solicitó la colaboración a grandes entidades y sanatorios para poder completar los sueldos del mes de septiembre.
Asimismo, advirtió que la situación podría complicarse en octubre, ya que no hay certezas sobre la continuidad de la materia prima ni sobre el pago de futuros salarios. Sin embargo, aseguró que los trabajadores seguirán trabajando en función de las ventas para garantizar, al menos, los haberes actuales.
Finalmente, sobre la reunión con el gobernador, Marcela expresó que esperan que la provincia y los representantes políticos “acompañen a las familias y los trabajadores”, y destacó que el sector necesita respaldo para defender la industria local y el sustento de quienes dependen de ella.
Comentarios