Ucrania auguró el sábado que la imposición de un tope de precios al petróleo de Rusia por las potencias occidentales hundirá la economía del segundo mayor exportador mundial de crudo.
"Siempre alcanzamos nuestro objetivo y la economía de Rusia será destruida y Rusia deberá asumir la responsabilidad de todos sus crímenes", afirmó en Telegram el jefe de gabinete presidencial en Kiev, Andriy Yermak.
Los 27 países de la Unión Europea (UE), el G7 de las economías más avanzadas y Australia acordaron el viernes imponer un precio máximo de 60 dólares al barril de petróleo ruso, a fin de privar a Moscú de una importante fuente de financiación de la invasión de Ucrania.
La medida entrará en vigencia el lunes 5 de diciembre, junto a un embargo de la UE al crudo ruso, en una nueva vuelta de tuerca de las sanciones impuestas por Occidente contra Rusia desde que el presidente Vladimir Putin ordenara a sus tropas invadir Ucrania, el 24 de febrero.
El G7 aseguró que pretende de ese modo "evitar que Rusia obtenga ganancias de su guerra agresiva contra Ucrania" y "apoyar la estabilidad en los mercados energéticos mundiales".
La Casa Blanca afirmó que el acuerdo europeo "ayudará a limitar la capacidad de Putin de beneficiarse del mercado petrolero para financiar una máquina de guerra que continúa matando ucranianos inocentes".
Polonia, un aliado estrecho de Ucrania, quería que la UE impusiese un tope mucho más bajo para acelerar la demolición de la economía rusa, y Yermak lamentó que eso no hubiese ocurrido.
"Se hubiese tenido que rebajar a 30 dólares (el barril) para destruirla más rápidamente", escribió.
Los bombardeos rusos contra las infraestructuras energéticas de Ucrania privaron a millones de familias de luz, agua y calefacción, en momentos de rápido enfriamiento de las temperaturas por la llegada del invierno boreal. El presidente ruso Vladimir Putin estimó que esos bombardeos se han hecho "necesarios e inevitables ante los ataques provocadores de Kiev", indicó el Kremlin al dar parte el viernes de una conversación entre el mandatario ruso y el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz.
Según Putin, Kiev es responsable de las explosiones que a inicios de octubre destruyeron parcialmente el puente ruso de Crimea y, por lo tanto, Moscú está en su derecho de bombardear infraestructuras energéticas de Ucrania.
Putin volvió a quejarse ante Scholz del apoyo financiero y militar occidental a Ucrania, que le ha permitido a la exrepública soviética infligir humillantes derrotas a Rusia en el mayor conflicto europeo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo el jueves que estaba "dispuesto a hablar" con Putin, pero únicamente si el líder ruso buscaba "una manera de terminar la guerra" y retirar sus tropas del país.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que Rusia rechazaba esas condiciones. "La operación militar especial va a continuar", insistió, utilizando la terminología oficial de Rusia para referirse a la ofensiva en Ucrania.
Ucrania rechaza cualquier negociación con Putin si no se respeta su integridad territorial, lo que incluye la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
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