Los distintos estereotipos de belleza que se tratan de imponer socialmente afectan de muchas formas a los niños y adolescentes. Son aquellos que consumimos desde chicos, en publicidades, en revistas, etc. Incluso en los juguetes, donde las muñecas y muñecos traen ciertas apariencias físicas que indican qué es lo lindo, lo aceptable y lo normal.
El uso de las redes sociales puede tener una fuerte influencia en la forma en que nos percibimos, ya que es un medio que puede devenir en un "disparador o promotor de estereotipos de belleza".
Hoy en día, los niños y niñas utilizan con mayor frecuencia las redes sociales, que fueron consideradas, en primer lugar, para personas adultas. Preocupados y ansiosos por obtener ese like que le da un valor que se asemeja al de ser reconocido y aceptado socialmente.
Las redes sociales ponen en evidencia lo que queremos y no podemos ser. Amplifican estereotipos inalcanzables, y estilos de vida irrealizables.
Suele promover a la delgadez y belleza como sinónimos de éxito, lo cual puede funcionar como disparadores de síntomas de Trastornos de la conducta alimentaria. Si bien para que se desarrolle un TCA deben combinarse factores: psicológicos, biológicos, familiares y sociales.
Algunas cuentas de las redes sociales, pueden fomentar malos hábitos alimentarios, sentimientos de rechazo al propio cuerpo y debilidad de autoestima.
El uso de los filtros en las fotos generan una percepción irreal del otro, una ilusión óptica para cubrir defectos, paso del tiempo o cicatrices; cuando en realidad no queremos mostrar debilidad ni vulnerabilidad.
El público que consume las redes, en su afán por tener la vida o ser como ese influenciador al cual sigue, puede incurrir en algunas conductas poco saludables, entre ellas una alimentación restrictiva o compensatoria, con el objetivo de alcanzarlo.
Una forma de prevención es el de tomar conciencia sobre lo que se ve, a qué cuentas se siguen, estar atentos a los sentimientos que nos pueden generar el consumo de algunas páginas.
Hacer “limpieza” de aquello que puede resultar tóxico y nocivo para la salud mental y física.
Tratar de aceptar nuestras propias limitaciones, nuestro cuerpo. Entender que cada uno es como es, y que no podemos ser idénticos a los demás.
En el caso de los niños y adolescentes, tener conocimiento de qué aplicaciones utilizan, a qué celebridad siguen, hablar con ellos sobre la importancia del autocuidado, de cómo se sienten consigo mismos, ayudarlos a construir una autoestima equilibrada.
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