El primer caso ocurrió en el vuelo 1411 de Aerolíneas Argentinas, que cubría la ruta Mendoza-Buenos Aires. La amenaza, realizada de forma anónima a través de una llamada al 911, advertía sobre la presencia de un artefacto explosivo a bordo. La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) intervino de inmediato y evacuó la aeronave, que fue inspeccionada por la brigada antibombas sin hallar elementos sospechosos.
En paralelo, un vuelo de FlyBondi proveniente de Salta con destino a Aeroparque también fue denunciado por la presunta presencia de explosivos. La PSA realizó un operativo similar en esa terminal aérea, aunque en este caso el aeropuerto se mantuvo operativo durante toda la intervención. Tampoco se encontraron explosivos.
El operativo en Ezeiza derivó en la interrupción temporal de actividades durante aproximadamente 20 minutos. En ese lapso, un vuelo de Ethiopian Airlines fue desviado al aeropuerto de Montevideo, mientras que otras aeronaves permanecieron en espera en el aire. Las operaciones se retomaron alrededor de las 21.30.
El Gobierno nacional informó que ya se inició una investigación para rastrear el origen de las llamadas que alertaron sobre las amenazas, y no se descarta que haya sido un intento intencional de generar caos en plena temporada de vacaciones de invierno. La Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) se puso a disposición de la Justicia para colaborar con la causa.
Marcelo Belelli, secretario general de ATE-ANAC, confirmó que el vuelo de Aerolíneas fue el más comprometido y señaló que la denuncia inicial habría sido realizada por un pasajero. Sin embargo, fuentes oficiales ratificaron que las amenazas fueron recibidas por vía telefónica a través del 911.
Comentarios