El lunes 10 de julio se cumplieron 4 años y dos meses del fallecimiento de la joven abusada y la madre acudió a visitar su tumba, momento en que se encontró con la presencia de “GDA”, que por razones de integridad de la familia, se reserva su identidad.

“Mi mamá, al levantarse, sintió la necesidad de ir al cementerio a prenderle una velita y llevarle unas florecitas a mi hermana fue acompañada de una amiga del trabajo cuando llegó al lugar se encontró “GDA”. “Haciendo qué? Viene a qué. A burlarse? A visitar donde está su hija que provocó tanto daño. Que le hizo lo que le hizo y su corazón nunca sanó”, escribió la joven en las redes sociales.

La misma falleció a los 19 años producto de una enfermedad y de una depresión que nunca pudo superar por lo vivido durante su infancia, resaltó la joven denunciante.

El hecho que causó profundo dolor en los familiares quedó registrado en un video, en donde se escucha a la madre de las victimas increpando al abusador que se encontraba acompañado de personal penitenciario.

“Que esto llegue a la jueza o al juez que lo deja venir, que le da permiso para visitar la tumba de mi hermana. Es un insulto lo que nos hacen. Y saben por qué está preso pagando una condena, porque violó a sus dos hijas! Porque dañó los corazones de una mamá, de un hermano. Pisotean la tumba de mi hermana… sus recuerdos. Acá hay un responsable de tanto dolor. Y ese responsable es la Justicia”.

“Es demasiada injusticia lo que nos pasó como familia. ¿Por qué tenemos que seguir sintiéndonos así? Y ahora la Justicia le da estos privilegios a él de que venga a visitar el lugar donde está enterrada. ¿Prevalecen más sus derechos, sus pedidos, que los nuestros?”, señaló la hermana de la joven fallecida en otro tramo de su publicación.

Sobre la denuncia, el hombre fue condenado a cumplir 20 años de prisión, por el abuso de sus hijas biológicas que fue denunciado por la madre cuando una de ellas se animó a contar lo que estaba ocurriendo cuando tenía 8 años. Estos aberrantes hechos habían comenzado cuando apenas tenía 4 y 5 años, ocasión en donde el recluso aprovechaba las largas ausencias de su madre que salía a trabajar para abusar de las nenas.