Jaqueado por las fuerzas armadas y por las protestas, Abdallah Hamdok presentó su dimisión indeclinable al cargo. Antes, dos personas fueron asesinadas en una marcha.
La policía usó munición real en Jartum. Los manifestantes a favor de un gobierno civil mantienen el pulso en las calles pese a la represión y el apagón de comunicaciones.