Los empleados llegaron este viernes 31 de octubre como lo venían haciendo habitualmente y se encontraron con las puertas cerradas. Según el único contacto de Recursos Humanos, la empresa no reabrirá más sus puertas, dejando a los trabajadores sin información adicional ni aviso previo.
“Fue un día muy lamentable, que no nos vamos a olvidar más como trabajadores. Llegamos a trabajar y nos encontramos con la fábrica cerrada, sin novedades de nada”, relató Cárdenas. La delegada aseguró que incluso intentaron comunicarse con la persona a cargo de Recursos Humanos, pero únicamente recibieron la confirmación del cierre y la llamada fue cortada abruptamente.
La situación se suma a la incertidumbre salarial que atraviesan los empleados: aún se adeudan los haberes de septiembre y se acercaba el fin de octubre. “Salimos a vender sábanas en ferias, hasta fuimos a Tolhuin y Ushuaia, para poder cobrar parte de nuestro sueldo. Hoy aún se deben los haberes de septiembre y recién se termina octubre”, explicó Marcela.
Asimismo, remarcó que los trabajadores han dedicado gran parte de su vida a la fábrica, “La mayoría de mis compañeros tiene entre 20 y 30 años de antigüedad. No es digno que la empresa cierre las puertas así, después de tanto esfuerzo y entrega”.
Respecto a las acciones legales, la delegada informó que ya realizaron la denuncia ante el Ministerio de Trabajo y esperan una audiencia urgente para clarificar la situación y exigir el pago de los salarios adeudados. Mientras tanto, los empleados permanecerán en la planta, cuidando las instalaciones y evitando un posible vaciamiento de la empresa.
“Nos vamos a quedar acá, resguardando todo lo que es nuestro. No le vamos a regalar nuestros años de servicio. Vamos a pelear lo nuestro con dignidad y la frente bien en alto”, afirmó Cárdenas, asegurando que los trabajadores continuarán vendiendo los juegos de sábanas de manera comunitaria, recibiendo únicamente pagos en efectivo.
 
         
        
     
            
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