Al menos una persona murió en el Reino Unido por la variante ómicron del coronavirus, afirmó el lunes el primer ministro británico Boris Johnson, advirtiendo contra la creencia que la nueva cepa es menos mortal que las anteriores y llamando a vacunarse.
"Se ha confirmado que al menos un paciente ha muerto con ómicron, así que creo que la idea de que esto es de alguna manera una versión más suave del virus es algo que tenemos que dejar a un lado", afirmó durante una visita a un centro de vacunación.
La variante ómicron del coronavirus, reportada en todos los continentes y en más de 60 países, presenta un riesgo global "muy alto", con alguna evidencia de que evade la protección de la vacuna, pero los datos clínicos sobre su gravedad siguen siendo limitados, indicó la Organización Mundial de la Salud.
Considerables incertidumbres se presentan en torno a la nueva variante, detectada por primera vez el mes pasado en Sudáfrica y Hong Kong, cuyas mutaciones pueden conducir a una mayor transmisibilidad y más casos de la enfermedad Covid-19, dijo la OMS en un informe técnico emitido el domingo.
Para frenar la rápida propagación de la variante ómicron, los británicos volvieron al teletrabajo a partir del lunes, mientras el gobierno emprendía una carrera contrarreloj para administrar el mayor número posible de vacunas de refuerzo antes de que acabe el año.
Además, el ejecutivo de Boris Johnson se ha propuesto la titánica misión de haber ofrecido una tercera dosis a todos los adultos del país antes del 31 de diciembre, lo que implica casi un millón de inyecciones diarias, para lo que se han abierto más centros de vacunación.
De 66 millones de habitantes, el Reino Unido, que con más de 146.000 muertos es uno de los países de Europa más afectados por la pandemia, ya había decretado la semana pasada medidas de precaución como el uso de mascarillas en casi todos los lugares cerrados.
A partir de esta semana, también se exigirán pasaportes sanitarios en eventos masivos como clubes nocturnos y estadios de fútbol.
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