Tras más de 10 horas de vuelo, el avión presidencial aterrizó en la base Andrews, en Maryland, y poco después la comitiva se trasladó a Blair House, la residencia oficial de huéspedes de la Casa Blanca, un histórico edificio con casi dos siglos de trayectoria en la política exterior estadounidense.
El encuentro, según fuentes oficiales, no tendrá anuncios de gran envergadura por el momento. “La reunión es la coronación de las tres anteriores que tuvieron Milei y Trump. Tiene que ver con la gran afinidad y amistad que mantienen ambos”, explicaron desde el gobierno argentino. Se espera que los acuerdos concretos, incluidos posibles beneficios comerciales, se cierren en etapas posteriores.
Un acuerdo comercial con Estados Unidos podría implicar exenciones o reducciones arancelarias para productos argentinos, hoy sujetos a la tarifa base universal de 10% establecida durante la presidencia de Trump. Funcionarios argentinos trabajan desde hace meses para lograr ventajas en este sentido.
En la previa del viaje, Milei señaló que la agenda será amplia: “No tenemos una agenda monotemática, sino con múltiples temas. Los anuncios se darán a medida que cada acuerdo esté cerrado”. Además, anticipó inversiones millonarias: “Habrá una avalancha de dólares. Nos van a salir los dólares hasta por las orejas”, dijo sobre el ingreso de capitales norteamericanos en sectores como litio, cobre, uranio, tierras raras y energía.
Desde la Casa Rosada destacan que la alianza con Estados Unidos garantizaría que Argentina “no tendrá problemas de liquidez” gracias al apoyo financiero del Tesoro norteamericano, una pieza clave para la administración de Milei y su estrategia para evitar tensiones de deuda.
Este encuentro también posiciona a Milei como el segundo mandatario latinoamericano en reunirse con Trump durante su segunda gestión, tras Nayib Bukele. El ex presidente estadounidense llega de un viaje a Medio Oriente, donde consolidó un acuerdo de paz entre Israel y Hamas y logró la liberación de rehenes, entre ellos tres argentinos.
El auxilio financiero estadounidense, anunciado previamente por Bessent, contempla un swap de monedas por 20.000 millones de dólares, intervención en el mercado de deuda y la participación del FMI en la operación. La noticia tuvo impacto inmediato en Wall Street y en el mercado cambiario local, donde el dólar alcanzó su valor nominal más bajo desde fines de septiembre.
No obstante, el plan genera controversia en Estados Unidos, con críticas de legisladores demócratas y sectores agropecuarios. Un grupo encabezado por Elizabeth Warren presentó un proyecto para bloquear el rescate, denominado “No Argentina Bailout Act”, que buscará forzar una votación en el Congreso aunque sin fecha definida hasta el momento.
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