El empresario aseguró que la mercadería intervenida no estaba destinada a la venta, sino que se encontraba en una cámara de acopio en perfecto estado, pese a haber superado su fecha de vencimiento entre 10 y 20 días atrás.

"Quiero llevar tranquilidad a los clientes y a la comunidad", expresó Diego. Explicó que el lote decomisado consistía en entre 46 y 48 cajas de peceto y cuadrada, envasadas al vacío y congeladas desde mayo pasado. "La carne congelada, más allá de la fecha de vencimiento, tiene un año más para ser consumida", detalló, aunque aclaró que no estaba en el circuito comercial. "Era mercadería que estaba esperando la respuesta del proveedor para definir su destino, como una posible donación", agregó.

El empresario rechazó las versiones que circularon en redes sociales sobre el mal estado del producto. "Subieron fotos falsas; después corrigieron con imágenes reales, donde se veía la carne congelada, en buen estado", afirmó. Insistió en que el único aspecto cuestionable era la fecha de vencimiento, pero no la calidad, "En el acta consta que la mercadería estaba en condiciones para el consumo humano".

Respecto al procedimiento, Diego relató que solicitó tiempo para presentar documentación que respaldara el origen y almacenamiento de la carne, pero la intervención derivó en un malentendido. "Creyeron que nos estábamos interponiendo, llamaron a la policía, y finalmente la tiraron en el basural", lamentó. Calculó que se perdieron alrededor de mil kilos, con un impacto económico significativo. Pero destacó que lo más grave fue el desperdicio de alimento apto para donaciones.

En esa linea, el dueño de carnicería enfatizó su compromiso con los estándares de calidad, "Nuestro slogan dice que somos la mejor carne de la Patagonia, y trabajamos para sostener eso". Finalmente, reiteró que el producto no estaba en venta y que, de haberse gestionado diferente, podría haberse destinado a comedores sociales. "Era carne que podías consumir en tu casa, pero no comercializar", concluyó.