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Interés General

“Estos animales son valiosos y hay que recuperarlos con cuidado”

El reciente varamiento de 26 orcas de tipo D en Bahía San Sebastián sorprendió a científicos y habitantes de Tierra del Fuego. La investigadora independiente del CADIC CONICET, Luciana Ricciardelli, explicó a FM Fuego que se trata de un ecotipo poco común en la región, y que la geografía de la playa habría contribuido a que los animales quedaran atrapados.

Para profundizar sobre este fenómeno, FM Fuego dialogó con Luciana Ricciardelli, investigadora independiente del CADIC CONICET, quien explicó que estas orcas no son comunes en la región, “Nos sorprende el varamiento de este tipo de orcas. Es un tipo bastante raro, con una coloración blanco y negra y parches específicos que permiten identificarlas. Este varamiento en Bahía San Sebastián es uno de los más grandes registrados. El primero ocurrió en 1955 en Nueva Zelanda con 17 ejemplares, y el segundo en 2022, en la Boca del Estrecho de Magallanes, con nueve orcas”.

La especialista destacó que los investigadores pudieron realizar necropsias solo a los dos primeros ejemplares que llegaron a la costa, ya que el resto del grupo, compuesto por alrededor de 24 animales, varó más adentro y con cierto retraso debido a la marea, “Los cuerpos que llegaron más tarde ya no estaban en condiciones óptimas para hacer necropsias, aunque sí se tomaron fotografías y algunas muestras superficiales para análisis preliminares”.

Ricciardelli descartó que las orcas hayan sufrido algún tipo de interacción con actividad humana, “No presentan golpes ni marcas de haber chocado con buques o redes. La hipótesis más plausible hasta ahora es que este es un fenómeno natural: la playa tiene una pendiente muy suave y el fondo fangoso, por lo que cuando la marea baja los animales quedan atrapados y mueren asfixiados por su propio peso”.

En cuanto a la composición del grupo, se trata de una familia diversa, con machos, hembras, juveniles y adultos. “Estos animales viven en grupos familiares y este varamiento nos permite identificar sexo y edad de cada ejemplar. Los análisis genéticos que estamos iniciando determinarán si se trata de un solo grupo o de varios que se hayan reunido en la zona”, agregó la investigadora.

El fenómeno, si bien es poco frecuente para este ecotipo, no es del todo desconocido en la región patagónica. Históricamente, la Bahía San Sebastián ha registrado varamientos de otros cetáceos, incluidos delfines y ballenas, debido a la geografía particular de sus playas someras. “El ecotipo D es raro en estas aguas, y esta especie no está habituada a este tipo de playa, lo que los hace vulnerables a quedar atrapados”, explicó Ricciardelli.

Sobre el destino de los ejemplares varados, la investigadora detalló que los esqueletos se preservan en colaboración con el Museo Acatushun de Aves y Mamíferos Marinos Australes: “El trabajo con los esqueletos y dientes es muy valioso para la investigación. Los dientes permiten conocer la alimentación, la historia de crecimiento y posibles malformaciones de cada animal, funcionando como los anillos de los árboles”.

Finalmente, Luciana Ricciardelli pidió responsabilidad a la comunidad: “Es fundamental que la población no se acerque demasiado ni manipule los cuerpos, ya que pueden transmitir enfermedades y los esqueletos son imprescindibles para futuros estudios de grado, maestría o doctorado. Este es un recurso científico invaluable para comprender más sobre este ecotipo y su biología”.

Investigación científica

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