Cabezas había tomado la fotografía que se convirtió en tapa de revista, lo que lo convirtió en un enemigo de Yabrán. Sin embargo, el fotógrafo no era consciente de las graves consecuencias que esta imagen tendría para él.

La noche del 25 de enero de 1997, José Luis Cabezas fue secuestrado mientras trabajaba en Pinamar, tras recibir amenazas de muerte por su fotografía de Alfredo Yabrán. Fue trasladado a una zona aislada cerca de General Alvarado, donde fue golpeado, torturado y ejecutado. Su cuerpo fue encontrado en un vehículo quemado, en un intento por ocultar el crimen.

El caso fue inicialmente rodeado de misterio, pero con el tiempo comenzaron a surgir detalles que vincularon a altos miembros de la fuerza policial y al mismo Alfredo Yabrán con el crimen. En un giro de los acontecimientos, un testigo clave reveló la implicancia de los autores materiales e intelectuales del asesinato, lo que permitió que las investigaciones avanzaran.

En 2000, la justicia argentina condenó a varios de los involucrados en el asesinato de José Luis Cabezas. Entre ellos se encontraban los ex policías Gustavo Prellezo, condenado a prisión perpetua por el crimen, y su cómplice, Alfredo Yabrán, señalado como uno de los instigadores del asesinato de José Luis Cabezas, quien se suicidó el 20 de mayo de 1998, poco después de ser citado por la justicia para declarar sobre el crimen. Sin embargo, existen rumores que sostienen que nunca se quitó la vida y que, en realidad, sigue vivo. Algunos afirman que su muerte fue un montaje para evitar ser juzgado por su implicancia en el caso, aunque estas versiones nunca han sido confirmadas.

Su homicidio se convirtió en el mayor emblema de la lucha de la prensa por la libertad de expresión, “No es un símbolo, fue una víctima” dijo en las últimas horas Gladys Cabezas su única hermana, quien siempre luchó por obtener justicia y por su memoria. “Lo mataron por fotografíar a una mafia”, afirmó conmovida en relación a la foto que Cabezas le saco al empresario.