Hay alimentos (o especias, o condimentos) a los que nos acostumbramos, sin advertir quizá lo perjudiciales que resultan para el cerebro, y el deterioro que generan con su consumo constante. En este caso, te mencionamos los más peligrosos.
1. EL ACEITE DE GIRASOL
Cuando cocinamos, el aceite vegetal se convierte en otra forma de grasas, llamadas saturadas, que ayudan al colesterol a ubicarse en las arterias. Una vez fritos, los alimentos destruyen lentamente las células nerviosas del cerebro, deteriorando nuestra capacidad para aprender y para formar nuevos recuerdos. Obviamente hay aceites más peligrosos que otros. El de girasol es uno de los más tóxicos para nuestro organismo. “Comer en exceso alimentos no saludables puede conducir al sobrepeso, pero mirando más allá, hemos encontrado un enlace preocupante entre una dieta rica en grasas saturadas y las enfermedades relacionadas con el cerebro”, advirtió la revista Neurology.
2. EL AZÚCAR AÑADIDO
El consumo a largo plazo de azúcar puede causarnos una gran cantidad de problemas neurológicos y afectar a la memoria, reduciendo nuestra capacidad de aprender. Según un estudio de la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), aquellas personas que consumieron entre el 17-21% de calorías en azúcar presentaban un alto riesgo de morir por enfermedad cardiovascular en comparación con los que consumían alrededor del 8% de azúcar en sus calorías diarias. El riesgo representaba más del doble para aquellos que consumían más del 21%.
3. ALIMENTOS PROCESADOS
Están repletos de altos niveles de azúcar, fructosa, sodio, aceites parcialmente hidrogenados. Todos ellos pueden dañar la salud del cerebro. De hecho, la comida procesada o precocinada afecta el sistema nervioso central y eleva el riesgo de desarrollar un trastorno neurodegenerativo, como la enfermedad de Alzheimer. No se trata de eliminarlos por completo de nuestra dieta, pero sí evitar comerlos a menudo, si queremos mantener un cerebro sano y fuerte.
4. LA COMIDA RÁPIDA
La comida rápida demostró generar cambios en la química de nuestro cerebro, provocando síntomas similares a la abstinencia, entre ellos ansiedad y depresión. La comida rápida también afecta la producción de dopamina, hormona que también participa en la función cognitiva, concretamente en la capacidad de aprendizaje, la motivación y la memoria. Así, abusar de la comida rápida (más de 3 o 4 veces a la semana) no solo puede causar obesidad o problemas del corazón, sino también dañar tu cerebro.
5. GRASAS TRANS
La revista Neurology que demostraba que una alta ingesta de grasas trans (presentes las papas fritas, por ejemplo) está vinculado a la contracción del cerebro. Las dietas altas en grasas trans aumentan el beta-amiloide en el cerebro, que se asocia con la enfermedad de Alzheimer. Las grasas trans no solo son perjudiciales para el corazón o el sobrepeso, sino también para nuestro órgano pensante. Estas grasas ralentizan los reflejos y nuestra capacidad de respuesta cerebral y aumentan el riesgo de sufrir un derrame.
6. LA CAFEÍNA
Si bien es cierto que la cafeína ayuda al cerebro a estar en estado de alerta, también aporta un lado negativo. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos afirma que 600 miligramos de cafeína al día pueden provocar dolores de cabeza, elevar la ansiedad y los trastornos relativos al sueño. Una ingesta exagerada de cafeína puede causar confusión y alucinaciones.
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