Se trata de un derivado de un conocido antibiótico, que tiene efectos protectores sobre las neuronas que se ven afectadas por la enfermedad. Fue desarrollada entre un instituto de Tucumán y uno de París. Si bien se trata de un estudio in vitro genera buenas expectativas.
Es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después de Alzheimer. Afecta al 1% de los pacientes mayores de 60 años y al 0,3% de la población general.