El último informe anual de la DEA (Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos) encendió las alarmas sobre la situación de Argentina respecto al tráfico y lavado de dinero vinculados al fentanilo, un potente opioide sintético hasta 100 veces más fuerte que la heroína. El organismo estadounidense, que tradicionalmente había advertido sobre vulnerabilidades en las fronteras del Noreste y Noroeste Argentino, incorporó este año a Tierra del Fuego como una zona crítica.