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Nacionales

Murió Carlos Reutemann

Carlos Alberto Reutemann murió a los 79 años 
 

El senador nacional Carlos Alberto Reutemann murió a los 79 años este martes en el Sanatorio de Santa Fe, donde permanecía internado desde el 30 de mayo pasado.

 

En ese sector estuvo monitoreado las 24 horas con una enfermera exclusiva y médicos, y acompañado por su familia. El viernes 25 de junio su hija Cora, fruto de su primer matrimonio con María Noemí Claudia “Mimicha” Bobbio, y mamá de Santiago Diez, el único nieto de Lole, cumplió 52 años y lo visitó en el centro médico. “El mejor regalo de cumpleaños: estar con vos”, escribió la fotógrafa en su cuenta en Twitter, acompañado por una foto junto a él.

Carlos Reutemann en el Senado

Su cuadro era complicado por sus antecedentes ya que en 2016 fue operado en los Estados Unidos por una afección biliar, por su edad y por la cantidad de medicamentos que debía tomar.

En el medio de este proceso fue trasladado a otro centro en Rosario para hacerle unos estudios, pero luego, cuando volvió a ser internado, regresó al Sanatorio de Santa Fe porque ahí trabaja su médico de cabecera. En las últimas semanas su pronóstico continuó siendo reservado.

El 24 de junio fue la última vez que se publicó un parte médico. “Permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos, afebril con sus parámetros hemodinámicos controlados. Continúan realizándose estudios de diagnósticos. Permanece con pronóstico reservado”, indicó el comunicado.

Infobae pudo saber que estos últimos días Lole estuvo lúcido, mirando televisión con su familia. Sin embargo, la realidad es que su estado de salud tiene altos y bajos constantes y por ese motivo los partes médicos se dejaron se difundir. “Un día está mal, al siguiente mejora y luego vuelve a empeorar. El lunes tuvo una fuerte desmejora”, contaron a este medio fuentes cercanas a Reutemann.

Juan Manuel Fangio y Carlos Reutemann, las dos grandes leyendas argentinas de la Fórmula 1, juntas. Fue en la previa de una carrera de F-1 en 1977 (Archivo CORSA)

Reutemann fue un hombre de éxitos y de silencios. Especialmente, de silencios. Esa misma escasez de palabras que en su momento tuvo para convertirse en el hasta hoy último piloto argentino capaz de consolidarse en los puestos de élite de la Fórmula 1 fue la que también le permitió perdurar con su banca en el Senado durante 18 años hasta la fecha de hoy.

Nunca dejó de ser un hombre de campo. De chico era el amor por los animales, con su exclamación que le valdría el apodo con el que se lo conocería durante casi toda su vida pública: “¡Los lechones!” Ya en la segunda mitad de su vida, en su rol de empresario agropecuario (como su padre, Enrique), mantuvo una participación activa en el Congreso para tratar conflictos como el de la reducción del IVA a los fertilizantes en 2005 o el conflicto del Gobierno nacional con el campo por el proyecto de ley de “la 125”, en el 2008.

Si bien todas las personas que lo conocieron a fondo aseguraron que el campo era su lugar en el mundo, Reutemann se ganó el primer amor popular de una parte del pueblo gracias al ruido. El que producían los motores de los autos de competición que condujo durante más de una década.

Debutó en la Fórmula 1 en 1972 bajo la escudería de Brabham, equipo cuyo propietario en su momento era Bernie Ecclestone. Su primera carrera ganada fue en 1974 en Kyalami, Sudáfrica, y luego se impondría en otras 11 carreras a lo largo de los 144 circuitos disputados. Tras haber pasado por Ferrari y Lotus, su año de mayor esplendor fue en el mismo 1981, a bordo de un Williams. Perdió el campeonato en la última carrera, en Las Vegas, donde terminó detrás del brasileño Nelson Piquet y perdió el título por apenas un punto.

"Lole" Reutemann, a bordo de su Ferrari (Archivo revista CORSA)

Sin redes sociales ni servicios de mensajería instantánea, el exitismo argentino llevó a que Reutemann se convirtiera durante gran parte de la década del ’80 e inicios de los ’90 en un objeto de burla. Se apelaba a su figura para señalar a alguien que terminaba segundo en una competición o si existía falta de ambición en algún rubro. Nada más alejado a lo que fue su carrera como deportista. Reutemann se coloco en la cima de un momento de oro de la Formula 1, que contaba con corredores de muchísima calidad. “Cuando estaba en forma, Carlos Reutemann era imbatible, absolutamente imbatible”, aseguró hace unos años Gordon Murray, uno de los diseñadores más icónicos de la historia de la Fórmula 1.

Llegaron los ’90 y “Lole” cambió por completo el rumbo de su vida profesional. De la mano de la llegada de Carlos Menem a la presidencia, se transformó en uno de los embajadores de una nueva corriente de políticos argentinos: ante el descreimiento generalizado sobre la dirigencia política en general, el menemismo recurrió a celebridades “no contaminadas” para ocupar cargos públicos en el país.

Así como ocurrió con Ramón “Palito” Ortega en Tucumán, Reutemann se consagró en 1991 gobernador de la provincia de Santa Fe. Pese a haber sido elegido en 1994 como Convencional Constituyente para la Reforma de la Constitución Nacional, al año siguiente, “Lole” no tuvo la posibilidad de ser reelecto en Santa Fe y se topó con los primeros cortocircuitos con el presidente Menem.

Con el pasar de los años, se consolidó como una de las figuras más recurrentes en el Senado argentino (NA / JUAN VARGAS)

Durante la segunda mitad de la década del ’90, se consolidó como el hombre con mayor fuerza dentro de su provincia. Su apadrinado, Jorge Obeid, era el gobernador de la provincia, mientras él, en sus primeros cuatro años como senador, se regodeaba en haber mantenido políticas acordes con las del gobierno nacional en su momento respecto a las privatizaciones y reformas del Estado, y en haber “limpiado” la imagen del manejo de las cuentas públicas de la provincia. Dos años antes de cumplir sus seis años como senador,.

 Entre el 29 de abril y el 3 de mayo, incesantes y terribles tormentas provocaron el desborde del cauce bajo del Río Salado y las consecuencias resumieron el desastre ocasionado: de acuerdo a datos oficiales, hubo 23 personas fallecidas y el Ministerio de Salud provincial informó que, solo en las ciudades de Santa Fe capital, Recreo y Monte Vera, se crearon 475 centros de evacuación que alojaron a más de 62.500 personas.

La negativa a la presidencia

Durante sus años como senador, fue un hombre de pocas palabras e intervenciones (NA)

De cara a las elecciones generales de 2003, Reutemann tuvo ante sí la posibilidad más clara para poder convertirse en el nuevo presidente de la Argentina. Su nombre ya había surgido como candidato a ocupar el sillón de Rivadavia en otras tres ocasiones pero no había una oportunidad más clara que esta. Ya había estallado la crisis socio-económica de finales de 2001, ya habían pasado los cinco presidentes interinos en 11 días y las encuestas lo ubicaban como el gran candidato respaldado por el entonces mandatario Eduardo Duhalde para derrotar a Menem, con más de un 40% de los votos. 

Durante muchos años se le adjudicó a Reutemann la frase “vi algo (en la Rosada) que no me gustó”, dicha presuntamente en una entrevista a un medio televisivo. Sin embargo, el propio ex gobernador se encargó en varias apariciones públicas de desmentir esa frase. Su renuncia se atribuyó a que no quería ponerse al menemismo en contra durante todo su último año como gobernador y tenía dudas sobre la posibilidad de que el país pudiera salir adelante en medio de la crisis social y económica en la que se encontraba.

En 2003, “Lole” volvió a ganar su banca en el Senado, lugar que no abandonó hasta la fecha. Y con el pasar de los años logró consolidarse como la figura más preponderante de la política de Santa Fe a lo largo de las últimas tres décadas. Siempre de la mano del silencio y de las intervenciones justas.

Carlos Reutemann se erigió a inicios del 2000 como la figura más importante de la política de Santa Fe (Télam)

El 27 de julio de 2005 fue el último discurso que “Lole” realizó sin leer dentro del recinto. Fue durante el debate de la reducción del IVA a los fertilizantes de la industria agropecuaria: “Sería importante que sancionemos este proyecto con urgencia, los productores que empiezan a sembrar maíz el 15 de agosto tienen que comprar los fertilizantes al contado, y si el proyecto entra en vigencia en septiembre se perderían unos buenos pesos”, fueron las palabras emitidas durante su speech de no más de un minuto.

Ya en 2015 y enemistado abiertamente con el kirchnerismo,Reutemann dio un golpe sobre la mesa y provocó un revuelo en el mapa político nacional al mostrarse al lado de Mauricio Macri, apoyar su campaña presidencial y formar parte del espacio del PRO. Ganó una nueva banca como senador.

Junto a parte de su familia, durante su jura como senador en 2017 (NA)

“En el PJ, el vestuario es lindo cuando uno gana. Ahora, cuando uno pierde, te la regalo”, afirmó “Lole” en su momento durante una entrevista radial. Sin embargo, su labor como legislador del PRO se vio amenazada al año de haber empezado a trabajar en el nuevo bando y debido a sus primeros problemas graves de salud.

En el 2016, se le detectó un tumor maligno en el hígado, lo que lo obligó a trasladarse durante meses a Estados Unidos para seguir un tratamiento específico.En plena pandemia, lo transcurrió con los problemas de salud que lo llevaron a su muerte.

El ex piloto de F1 pasó los últimos tres meses alternando entre clíicas privadas e internaciones domiciliarias (@matreutemann)

De acuerdo a quienes lo acompañaron durante años en el Senado, advirtieron que “Lole” fue un persona muy desconfiada. Posiblemente esos fantasmas fueron los que le impidieron animarse a lanzarse por la presidencia del país. Antes del empeoramiento de su cuadro de salud, había transcurrido sus últimos meses feliz con el silencio del campo y muy acompañado de las cuatro mujeres de su vida: su ex pareja Mimicha Bobbio, su esposa, Verónica Ghio, y sus dos hijas, Cora y Mariana.

Fuente Infobae

 

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