Las exportaciones a Brasil alcanzaron los u$s1.355 millones en noviembre, de acuerdo con datos oficiales de la Secretaría Especial de Comercio Exterior y Asuntos Internacionales (SECINT) del país vecino. La cifra fue la más alta desde octubre de 2013 y un 99,6% más elevada en comparación con la de noviembre de 2020.
En términos anuales se destacaron fuertes incrementos en los envíos de maíz, trigo y centeno sin moler, y vehículos. Estos productos representaron cerca del 45% del total exportado a la principal economía de la región.
De este modo, Argentina aumentó su participación en el total de importaciones de Brasil pasando de un 5,2% promedio en los últimos 12 meses a representar un 6,9% en el último mes, según destacó un informe de la consultora Abeceb.
Por el lado de las importaciones argentinas (es decir, exportaciones de Brasil), se verificó una significativa desaceleración respecto de meses previos. La suba interanual fue de apenas 11,5% para totalizar unos u$s1.047 millones. Particularmente resaltó un retroceso del 42,7% en las compras de vehículos para pasajeros.
Abeceb sostuvo que esto respondió, en buena parte, a los problemas que está teniendo el sector automotriz brasileño para producir debido a la escasez mundial de chips, a lo cual se le sumaron las restricciones a las importaciones en Argentina.
A partir de estos números, el supetávit comercial bilateral ascendió a u$s307 millones. Asimismo, el intercambio comercial entre ambos países creció por onceavo mes consecutivo y volvió a niveles de 2018.
No obstante, en el acumulado de 2021, cuando tan solo falta un mes para culminar el año, el saldo continúa siendo favorable para Brasil en unos u$s203 millones ya que las exportaciones alcanzaron los u$s10.714 millones (+50% anual) y las importaciones marcaron unos u$s10.917 millones (+42%).
De cara al futuro, desde Abeceb proyectan que el intercambio comercial seguirá en niveles elevados en diciembre pero advierten sobre potenciales problemas para 2022.
Estos están vinculados a:
- Una posible suba de tasas por parte de la Fed, que golpearía el precio de los commodities y acotaría el ingreso de divisas tanto para Brasil como para Argentina.
- El riesgo de nuevas restricciones sanitarias por nuevas variantes del Covid-19, lo cual podría distorsionar nuevamente los flujos de comercio.
- La crisis de escasez de chips, que no parece tener solución en el corto plazo.
- Desaceleración en la actividad económica de ambos países, con un estancamiento ya observado en Brasil
- Incertidumbre política en Brasil por las elecciones
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