El juez Correccional Pedro Fernández resolvió en omisión de debate la condena la pena de 1 años de prisión en suspenso más 1 año de inhabilitación para ejercer, por el delito de “lesiones gravísimas culposas”, al neurocirujano Diego Ricardo Vivares, quien continúo siendo investigado en esta caso.
El mismo era terapista del hospital de Río Grande en el año 2012 cuando ingresó el 11 de junio la paciente, Gabriela Castellano, la cual ya presentaba síntomas desde el día 7 de ese mes y había sido atendida por los profesionales Dres. Raúl Jerónimo Rausch y Juan Carlos Martinez Montenegro.
Estos últimos en 2022 quedaron libres de culpa y cargo por la prescripción de la causa, luego de un juicio en el que fueran sobreseídos y fue anulado, debiendo realizarse un segundo juicio al que no presentaron y se vencieron los plazos del caso.
Ahora bien, el fallo contra Vivares considera que “No hizo lo necesario para evitar el resultado dañoso”, debido a que en una interconsulta desde la guardia del hospital de Río Grande, le diagnosticó a la paciente la presunta existencia de un ACV (accidente cerebro vascular) pero no ordenó la realización de estudio de angiografía digital que era necesario para detectar los aneurismas que presentaba la paciente.
En ese sentido se le imputa “haber dilatado la derivación” de la paciente Castellano a quien se le brindó el tratamiento requerido recién el 15 de junio en la clínica San Jorge de Ushuaia, cuando ya su situación era mucho más grave con secuelas que persisten al día de hoy.
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