"Estaba en mi dormitorio casi dormido mirando las noticias. En un momento sentí un ruido en la puerta de la entrada", relató Jotayan. Al ver al intruso, el sacerdote no dudó en defenderse. "Nos agarramos a las trompadas limpias", aseguró, reconociendo que fue la cuarta vez que experimentaba un hecho de inseguridad en la iglesia.

El sacerdote relató que logró golpear al ladrón con una silla, pero que el hombre se mantuvo en pie. Entonces, el cura recogió otra silla y la estrelló contra la cabeza del intruso, provocando que cayera al suelo. Tras esto, Jotayan corrió a su habitación a buscar un rifle de aire comprimido que pertenecía a su difunto hermano militar.

Apuntando al ladrón con el rifle, el cura amenazó al delincuente, quien finalmente optó por huir del lugar. A pesar de la dura confrontación, el cura agradeció que los golpes no le ocasionaran fracturas, aunque tuvo varios dolores musculares y tuvo que ser revisado por un médico.

El hecho fue denunciado en la comisaría de Grand Bourg, que ahora se encuentra a cargo de la investigación y localización del ladrón, que no ha sido identificado. Por su parte, Jotayan señaló que la comunidad del barrio le ha ofrecido su apoyo desde que llegó, y gracias a ellos, pudo reforzar el perímetro de la iglesia tras el incidente.