El accidente laboral sucedió en circunstancias en que estaba realizando tareas en una celda de 13.200 voltios. A instancias de esa descarga, perdió su brazo derecho y sufrió quemaduras en el rostro, además de secuelas en otras partes del cuerpo.

El pasado viernes llegó el día de su graduación, oportunidad en la que Nicolás Brizuela contó cómo fue su proceso de recuperación en el medio de su meta personal, “El camino fue larguísimo, los tiempos se prolongaron por temas de burocracia que por ahí existen con la ART y la salud, después por problemas personales y cuestiones del accidente. Costó un montón, tuve que ponerle muchas ganas pero sabía que día a día había que dar un pasito más”.

“Con la ayuda de los médicos, caí en los lugares indicados en donde pudieron resolver de la mejor manera posible. Me llevó mucho tiempo el tratamiento con antibióticos bastante fuertes, pero en si fue una pelea en la que mis padres y mi novia me han acompañado firme mientras me recuperaba”, agregó.

Recordó que mientras permanecía internado en Buenos Aires, fue precisamente en el inicio de la pandemia, “Muchas veces estuve en terapia intensiva, más o menos en junio de 2020 ya estaba en una habitación normal y para esa época me dejaron salir un tiempito, me externaron pero tenía que ir a hacerme curaciones”.

“Personalmente el encierro me afectada entonces me daban un respiro y después volvía a ingresar para tratar otras cosas, me hacían otras cirugías. Me afectaba mucho en la terapia intensiva donde las visitas son restringidas, no ver a mi familia me hacía mal”, dijo Brizuela sobre su dura vivencia mientras se recuperaba.

“Estuve muy cerca de la muerte, algo complejo, me electrocute con esa magnitud y muchas veces me dijeron que pocos lo cuentan y quienes lo hacen quedaron con secuelas mucho más graves con las que yo por suerte quedé”, agregó.

En esa línea, cuando sucedió el accidente le quedaban tres materias para recibirse, “Las comencé a sacar desde marzo de este año, le metimos muchas pilas a la tesis porque teníamos que rendir con otros dos compañeros. Dije que cuando me sienta bien iba a terminarlas porque ya me quedaba muy poquito”.

Asimismo, Nicolás reconoció el acompañamiento de su familia y de la comunidad fueguina, “Mi mamá me contó que mucho gente se acercó, que hubo muchas oraciones y mucha buena energía de mucha gente que conocía y que no, la verdad que se agradece mucho. El pueblo fueguino es muy solidario en estas cosas, también confié mucho en Dios y en los médicos que aportaron mucho”.

Llegada la instancia de retomar los estudios aseguró, “Mi miedo era si iba a responder porque fueron tres años que no tocaba un libro, pero cuando agarré la primera materia empecé tranquilo y por suerte la cabeza respondió normal como siempre. Me puso muy contento cuando rendí mi primera materia bien, ahí dije que lo quería terminar lo más rápido que pueda hasta que ahora el 14 de julio puse punto final, por fin logramos la meta”.

Para finalizar, el flamante Ingeniero indicó cómo seguirá en esta nueva etapa, “Por ahora tengo que hacerme una cirugía en el oído izquierdo porque producto del accidente perdí la audición. Fuimos probando distintos dispositivos que no me mejoró prácticamente nada, asique la última instancia es hacerse el implante coclear. Está todo encaminado, estoy esperando que me llamen. En noviembre se cumple 4 años del accidente, pasó rapidísimo, por suerte se dio que puse recibirme ahora, estoy muy contento”.