A nivel nacional, la situación no es mucho mejor. En total, Argentina perdió 142.000 empleos formales entre octubre de 2023 y mayo de 2024, evidenciando la profundidad de la recesión económica. Aunque algunas provincias han logrado mantenerse a flote gracias a inversiones estratégicas en sectores clave, otras, como Tierra del Fuego, enfrentan una crisis aguda impulsada por la caída del consumo y la falta de inversión.
La construcción ha sido uno de los sectores más afectados, con una reducción de 73.000 puestos de trabajo formales a nivel nacional, lo que representa una caída del 31,4%. Este sector, históricamente pro-cíclico, ha sido duramente golpeado por la recesión, agravada por la paralización de la obra pública. Tierra del Fuego, cuya economía depende en gran medida de la industria y la construcción, ha sufrido de manera significativa estas pérdidas, reflejando el impacto de la crisis en la provincia.
Por otro lado, la industria manufacturera también ha experimentado una disminución importante, perdiendo 25.000 empleos en el mismo período. La apreciación cambiaria, la caída del consumo y las modificaciones en el impuesto PAIS han exacerbado la situación, afectando negativamente la producción local y aumentando la competencia con productos importados.
A pesar del panorama desalentador, algunas provincias como Neuquén y Salta han logrado registrar un leve crecimiento en el empleo, con un 0,2% y 1,6% respectivamente, impulsado por el auge en los sectores de petróleo, gas y minería. Sin embargo, estas cifras contrastan fuertemente con la realidad de Tierra del Fuego, donde la recesión sigue profundizándose.
La pérdida de empleos en Tierra del Fuego no solo refleja una crisis económica, sino también un desafío significativo para la recuperación de la provincia. Con la industria y la construcción en declive, la región enfrenta la necesidad urgente de reactivar su economía y generar nuevas oportunidades laborales para sus habitantes.
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