“Ella nació con una patología visual que hace que pierda la visión al ir pasando los años. Entonces cuando era más chica tenia resto visual y ahora ya es completamente ciega, lo mismo con la parte auditiva. Escucha pero es la comprensión de las palabras lo que le cuesta”, comentó la madre de la destacada deportista fueguina.
El amor por el judo comenzó a sus 6 años de edad, “En realidad desde muy chiquita hacia danza clásica, sabíamos que tenía una discapacidad pero queríamos brindarle la mejor calidad de vida posible. Tratábamos de buscar que cosas a ella le interesaban hacer y veíamos la forma de adaptarlo para que lo pueda lograr”.
“Por casualidad empezó judo con un primo mío que necesitaba alumnos, entonces como ella estaba sin actividad en ese momento, decidió inscribirse y ahí empezó del deporte, y ahora tiene 26. Ella dice que si bien la vista no le permite hacer muchas cosas, se enfoca en las que si puede hacer”, añadió sobre la historia de vida de la deportista.
Sobre los objetivos dijo, “A los 9 años, el profesor Ricardo Costilla, del Centro Deportivo Municipal de esa época, nos comentó que había una selección nacional de Judo paralímpico y nos puso en contacto con el director. Cuando fuimos aun primer encuentro que hubo a sus 12 años, ella salió del primer entrenamiento y me dijo que esto era lo que quería hacer”.
“Pasaron casi 14 años y su sueño está a punto de concretarse. Entrenan diariamente de lunes a sábados, con entrenamiento en el gimnasio y luego clases de dos o tres horas por la tarde”, esto en periodo no competitivo, “Cuando es competitivo el esfuerzo es doble”, aseguró.
Sin embargo, la clasificación no fue nada fácil. “La primera vez que fue en Rio cuando tenía 15 años, y quedó en el puesto 16 en el ranking mundial. La segunda vez que fue en Tokio estuvo a punto de clasificar, porque entran los mejores 8 judocas del mundo, y en el último torneo le ganó una chica y quedó en el noveno lugar pero siguió. El camino no es recto, hay épocas que baja la guardia y se pregunta porque lo hace o para que lo hace, y ahí estamos para ayudarle a recordar su objetivo. En ese momento si bien se decepcionó un poquito, pero tenía claro cuál era su objetivo y siguió”.
Después de años de perseverancia consiguió la clasificación a los Juegos Paralímpicos París 2024 que se disputarán entre el 28 de agosto y el 8 de septiembre. “Ella integra la Selección Argentina de Judo paralímpico, quedo cuarta en el ranking mundial”.
Además del trabajo particular que lleva adelante la familia para poder solventar los gastos para asistir, contó “Particularmente a ella le cubre los gastos nación porque van a la villa olímpica. Nosotros no tenemos una facilidad como para decir me pago un viaje a Europa, entonces tuvimos que ver como podíamos hacerlo real, y teníamos un vehículo junto a mi esposo y lo vendimos”.
“Así que pudimos comprar los pasajes, acomodar las vacaciones en los trabajos, ahora nos estaría faltando un poco para los traslados ahí en la ciudad, el hospedaje y esas cosas. Entonces nos propusimos hacer una venta de pizza solidaria con otra mamá judoca, y nos fue bien este fin de semana”, añadió.
Por último, María Elena Duré, resaltó, “Siempre digo que el sueño de ella era llegar a unos juegos olímpicos y el mío poder acompañarla, y allá vamos porque lo logró”.
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