Un grupo de arqueólogos halló en el fondo de una piscina sagrada de un antiquísimo santuario etrusco-romano 24 estatuas de bronce de 2300 años de antigüedad, en perfecto estado de conservación, y miles de monedas en la zona de la Toscana, centro de Italia, y fue considerado como uno de los descubrimientos en su tipo más significativos en la historia del Mediterráneo antiguo, se informó este martes.
"Un descubrimiento que reescribirá la historia, y en el cual ya están trabajando más de 60 especialistas de todo el mundo", anunció para la agencia ANSA el arqueólogo Jacopo Tabolli, el joven docente de la Universidad para Extranjeros de Siena, que desde 2019 lidera el proyecto con la concesión del Ministerio de Cultura y el apoyo económico de la pequeña comuna.
Dentro de la gran piscina romana donde fueron halladas las estatuas se encuentra la imagen de un joven efebo que parece dormir; Hygieia, la diosa de la salud, con una serpiente enroscada en su brazo, y parcialmente sumergido en el agua, Apolo.
Tabolli subrayó que el tesoro hallado en San Casciano dei Bagni, en la provincia de Siena, es "absolutamente único", y va acompañado de una increíble cantidad de inscripciones en etrusco y en latín, más miles de monedas, además de una serie igual de interesante de ofertas vegetales.
El ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, al visitar el laboratorio de restauración que acaba de recibir las estatuas subrayó que se trata de "un hallazgo excepcional que nos confirma una vez más que Italia es un país hecho de tesoros inmensos y únicos... es un rasgo único de la cultura italiana".
"Es el descubrimiento más importante desde los Bronces de Riace (pareja de estatuas griegas del siglo V a. C descubiertas en 1972), y ciertamente uno de los hallazgos de bronces más significativos en la historia del Mediterráneo antiguo", comentó junto al ministro el director de Museos, Massimo Osanna.
Osanna aprobó la compra de un edificio del siglo XV que albergará en el pueblo de San Casciano las maravillas restituidas del Bagno Grande, un museo al que se le agregará en el futuro un auténtico parque arqueológico.
Luigi La Rocca, director general para Arqueología, comparte el entusiasmo y destacó "la importancia del método utilizado en esta excavación" que, como sucedió con los descubrimientos más recientes en Pompeya, también contó con la participación de "especialistas de muchas disciplinas, desde arquitectos a geólogos, de arqueobotánicos a expertos en epigrafía y numismática".
Realizadas con toda probabilidad por artesanos locales, las 24 estatuas halladas, explicó Tabolli, acompañado por el director de la excavación, Emanuele Mariotti y de Ada Salvi, de la Superintendencia, se pueden datar entre el siglo I y II antes de Cristo.
El santuario, con sus piscinas en ebullición, las terrazas en escalera, las fuentes, los altares, existían ya en el siglo III antes de Cristino, y permanecieron activas hasta el siglo V cuando, en la época cristiana, fue cerrado, pero no destruido.
Los arqueólogos se encontraron frente a un tesoro aún intacto, "el más grande depósito de la Italia antigua y el único del que tenemos la posibilidad de reconstruir enteramente el contexto", explicó Tabolli.
La excavación volverá a abrirse en la primavera boreal: "Será un trabajo en equipo, como ha sido hasta ahora", concluyó Tabolli.
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