En una nota para FM FUEGO, el profesor y locutor Miguel Vázquez, sostuvo que la primera convocatoria como locutor fue por un grupo de ex combatientes, quienes comenzaron a emprender paulatinamente la labor que perdura hasta el presente. En ese entonces se reunía apenas un grupo reducido de veteranos, familiares y allegados al calor de un tacho con leña.

“La Vigilia arrancó en el año 1995 cuando se empezaron a juntar unos pocos veteranos en la costa del mar sobre la actual Avenida Héroes de Malvinas y que en su momento era Elcano. Era una calle de tierra en donde no había nada, allí se juntaban al lado de un tacho para recordar justamente a sus camaradas que no volvieron”, recordó.

Ya para el año 1996 Vázquez fue convocado para dar lugar con su locución a las estrofas del Himno Nacional, “Con total gusto fui y estuve con los muchachos, con algunos vehículos con las luces prendidas los hice cantar el himno a capela. Fue un momento muy emocionante escucharlos, y luego escuchar sus historias a la luz de los faros de los autos y del fuego, porque en ese momento no había iluminación en este sector”.

“Al otro año volvió y seguí, y ese pequeño acto de 20 o 30 personas se fue haciendo más multitudinario porque se revirtió este proceso de desmalvinización en malvinización. Recordemos que en aquellos años el mote que tenían quienes habían estado en Malvinas era los loquitos de la guerra. No conseguían trabajo por las secuelas físicas o psicológicas que podían tener y ellos tenían que cargar con su mochila del estrés postraumático y todo lo que habían vivido y encima con los ostracismos de la gente que los miraban de reojo”, relató.

Este año Miguel Vásquez cumplirá 29 años como locutor oficial de la tradicional conmemoración de nuestra ciudad.

“Por suerte eso se fue revirtiendo, luego comenzaron a hacerse los monumentos, comenzó a hacerse más grande pero el espíritu no cambió. Esta va a ser mi vigesimonovena vigilia, nunca pensé a futuro que iba pasar, por eso todos los actos, no solamente los públicos, sino los de la vida diaria, uno los tiene que hacer con total responsabilidad porque no se sabe hasta dónde puede tener alcance en el otro. En este caso fue en la comunidad Gracias a Dios y la comunidad acompaña”.

Y expresó, “Es el homenaje que los veteranos de guerra le realizan a sus camaradas que no tuvieron la suerte de volver y se amplió un poco más porque los vecinos de Río Grande y de muchas partes del país vienen no solo para recordar a aquellos que dieron su vida por la patria sino también para homenajear a los protagonistas que tenemos vivos. Es un acto de los veteranos para los veteranos, por eso la bandería política y todo lo que pueda haber hay que dejarlo de lado”.

“El año que viene si tengo salud y Dios me da vida será la numero 30 y ultima, ya avisé en el Centro de Veteranos que el año próximo será mi última conducción de la Vigilia. Creo que 30 años es mucho tiempo, es media vida y sostengo que hay que darle lugar a las nuevas generaciones, a nueva gente que viene con mucha ganas también”, adelantó sobre su despedida de esta fascinante tarea que le tocó realizar casi en párelo al inicio de la conmemoración.