Los brasileños votan este domingo en las elecciones generales más cruciales de los últimos 30 años, con el expresidente de izquierda Luis Inácio Lula da Silva como favorito a desbancar a su rival el mandatario ultraderechista Jair Bolsonaro.
Las mesas abrieron puntualmente a las 8 y deberían cerrar a las 17, cuando la Justicia electoral dará inicio al escrutinio, que se espera ya muestre una tendencia consolidada unas dos horas después.
Según sondeos, Lula, de 76 años, podría vencer en primera vuelta, pero Bolsonaro asegura que será reelecto por amplio margen.
Más de 156 millones de brasileños estaban habilitados para participar de los comicios, en los que se elegirá presidente, los gobernadores de los 27 estados, 21 senadores, 513 diputados federales y más de 1.000 legisladores regionales.
Para la elección se dispusieron 577.000 urnas electrónicas.
Las elecciones se celebran en medio de un clima de tensión provocada por una violencia política inédita durante la campaña y por amenazas de Bolsonaro, de 67 años, de no reconocer los resultados.
Tres votantes del Partido de los Trabajadores (PT), de Lula, fueron asesinados durante la campaña por activistas bolsonaristas en los estados de Paraná, Mato Grosso y Ceará, según la policía.
Bolsonaro insistió anoche con que debería ser reelecto al menos con el 60% de los votos, pese a que los más recientes sondeos volvieron a mostrar a Lula no solo arriba, como toda la campaña, sino con el 50% de los votos más uno necesario para evitar el balotaje.
La justicia electoral prohibió ingresar a las cabinas de votación donde se encuentran las urnas electrónicas con teléfonos celulares para evitar divulgación de fake news sobre posibles fraudes como los advertidos por Bolsonaro, sin pruebas, durante la campaña.
En cadena nacional en la noche del sábado, el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil, Alexandre de Moraes, aseguró que está garantizada la libertad y la seguridad para los votantes.
El nuevo presidente de Brasil gobernará el país más grande y poblado y la mayor economía de Sudamérica -y la cuarta del mundo- durante los próximos cuatro años, desde 2023 a 2026.
Lula ya fue presidente dos mandatos, de 2003 a 2010.
"La seguridad y la libertad del voto serán aseguradas respetando el absoluto secreto del voto, que está garantizado por las urnas electrónicas, como el respeto a la amplia y civilizada libertad de discusión política, alejando cualquier posibilidad de violencia o presión", dijo de Moraes.
La justicia electoral, que tiene 2.600 jueces y fiscales en todo el país, con 1,8 millones de presidentes de las mesas de votación, "garantizará que el ejercicio de democracia sea realizado de manera segura, transparente y confiable", afirmó.
"No se permitirán celulares en los centros de votación, que deberán ser puestos en una bandeja como se hace en los aeropuertos y los bancos", detalló la autoridad electoral.
También aprovechó para reiterar una decisión de la semana pasada de que está prohibida la portación de armas por parte de civiles como coleccionadores, cazadores y tiradores deportivos.
Según recalcó, el sistema de urnas electrónicas utilizado por Brasil permite la divulgación de los resultados el mismo día, "con agilidad, seguridad, competencia y transparencia gracias a tecnología avanzada, confiable, segura y auditable".
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