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Internacionales

La historia del español que se hizo profesional de los videojuegos

Se llama Carlos Rodríguez Santiago, pero es más conocido en el mundo digital como Ocelote. Es un jugador profesional de League of Legends.

El sueño de millones de personas en el mundo es poder vivir de jugar a los videojuegos y, aunque pareciera extraño, hay personas que lo lograron. Uno de ellos es Carlos Rodríguez Santiago, u Ocelote, como se lo conoce en el mundo digital.

Carlos tiene 23 años, conoció medio mundo viajando para competir, tiene fanáticos que le piden autógrafos y fotos y gana entre 600 y 700 mil euros por año. El sueño del pibe, pero sin la parte de sueño.

A medida que fue creciendo y se dio cuenta que le gustaban mucho los videojuegos, decidió empezar a profesionalizarse. A los 15 tomó el World of Warcraft, uno de los más famosos que existen, como deporte y trató de convertirse en pro, cosa que logró. Eso lo llevó a Hanóver, Alemania, el primer lugar del mundo al que viajó gracias a los "jueguitos". Con el tiempo se pasó a al League of Legends, que es del juego del que vive actualmente.

Esto es el League of Legends explicado por él para los que nunca tuvieron demasiada relación con este mundo: "Es un multijugador que, a grandes rasgos, es una pelea de cinco contra cinco dentro en una arena de gladiadores. Ganan los que quedan vivos". Simple.

Para ser el mejor no solo hay que jugar. "Una cosa estar jugando todo el día y otra muy diferente es entrenar. Jugar partidas y verlas para saber en qué te equivocaste y en qué podes mejorar es la mejor técnica", explicó el madrileño.

Hay dos maneras de entrenar. Una en equipo y otra individualmente: "Es como un arquero: es mejor que entrene con su equipo, pero tiene que tener una base que la puede aprender solo". Así, después de años de estrategias y partidas, alcanzó ser de los mejores del mundo.

¿Cómo gana plata? De tres diferentes maneras: sponsors, como cualquier otro deportista; marchandising (su marca se llama OceloteWorld); y el dinero que gana a través de los torneos. Así logra, año a año, sumar entre 600 y 700 mil euros.

Si bien es complicado, no es imposible. "Cualquiera puede llegar a ser jugador profesional y cobrar por ello", explicó Carlos.

Por ahora tanto en Argentina como en el resto de América Latina (sin contar Brasil, que está más avanzado en este tema) todo está demasiado verde. "No hay nadie que sea importante a nivel mundial porque es un mercado que todavía recién está empezando a crecer", comentó el jugador profesional.

En Europa los equipos viven en la misma casa, llamadas gaming house. Se levantan, hacen cosas juntos, se hacen amigos, pasean por la ciduad y, además, entrenan en el mismo recinto. "Se trata de un verdadero deporte. Incluso en muchos países como en Estados Unidos o la mayor parte de Asia cuando viajo me dan un visado de atleta", dijo y agregó que "América Latina tiene que entender que el resto del mundo ve esto como deporte y no solo los patrocinadores y la gente, sino también los mismos jugadores y los clubes".

Ocelote asegura que es cuestión de tiempo para que los mejores jugadores de Argentina puedan vivir de ello. "Hace falta tiempo para que los jugadores se profesionalicen, empiecen a hablar con medios y entrenen. Además, también hace falta tiempo para que las empresas se den cuenta que vale la pena invertir dinero en este deporte", aseveró.

Poco a poco todo empieza a cambiar. Ya hay equipos en la Liga Argentina que están empezando a no solo buscar sino encontrar empresas que los auspicien. El próximo martes se realizará la primera final de League of Legends de Argentina en el Teatro Metropolitan que tendrá lugar desde las 14h con la gran final a partir de las 19h.

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