La estrella del Barcelona tiene un límite. El argentino Lionel Messi mostró que, a pesar de las maravillas que hace dentro del campo, es humano. Tras un primer tiempo impecable, con dos goles en su cuenta, se lo vio mal: vomitó al costado del campo.
Fue justo antes de que comience la etapa complementaria contra Levante, por la primera fecha de la Liga BBVA. Salió detrás de todos sus compañeros, llevaba otro ritmo y se tomaba la cabeza. Como se ve en las imágenes, había arcadas cada tanto. Evidentemente, la Pulga no se sentía bien.
En la parte inicial, hizo dos goles e intervino en casi todos los de sus compañeros. Convirtió el 2-0 a los 12 minutos y aumentó a la diferencia al marcar el 5-0, a tres minutos de que finalicen los primeros 45.
Pero tiene un tope. Messi aún no está en plena forma y lo demostró en la segunda parte. El calor y el cansancio le hicieron pasar un mal rato al salir del vestuario.
Finalmente jugó 16 minutos más y debió ser reemplazado. El mediocampista Andrés Iniesta ingresó en su lugar. Lo más probable, es que Gerardo Martino haya querido cuidarlo de cara a la Supercopa de España ante el Atlético Madrid.
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