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“Se robaron hasta los caramelos de los chicos”: el duro relato de Verónica tras el conflicto con un grupo de mujeres solidarias

Verónica, referente del Comedor Soñar (barrio El Mirador), relató en FM Fuego que una colecta conjunta para el Día del Niño terminó en ruptura, faltantes y acusaciones cruzadas con un grupo de mujeres con el que había coordinado trabajar. Por esta situación, y el agravamiento de su estado de salud se vio obligada a suspender la labor de su comedor después de 11 años.

El grupo de Mujeres No Bajen los Brazos, según explicó Verónica, se dedica a ayudar a mujeres vulnerables y funciona también como ropero comunitario, con la participación de varias colaboradoras reconocidas en la ciudad. “Yo hace mucho tiempo pertenezco a un grupo de mujeres que se dedica, según ellas, a ayudar a mujeres solas en situación de violencia, de calle y demás. Siempre las ayudé desde mi comedor, y ellas tenían su propio ropero comunitario”, detalló Veronica sobre la actividad que se organiza a través de un grupo de WhatsApp.

La iniciativa surgió con el objetivo de realizar un evento conjunto para los niños de su comedor y los de las mamás de este grupo. Verónica destacó que, debido a su delicada salud, no podía organizar sola el evento. “Estuve internada casi dos semanas, tengo problemas graves de salud, y no podía hacer eventos sola. Mis colaboradoras también tienen niños, son mamás del comedor y del barrio. Por eso decidimos unir esfuerzos para la colecta y el evento”, explicó.

La colecta comenzó a través de redes sociales, mensajes privados y la difusión radial en la 90.1, logrando donaciones de juguetes, ropa y calzados. Incluso, la fábrica BGH colaboró con gran cantidad de donaciones. Según Verónica, todo quedó inicialmente en el domicilio de Carmen Aguilar (lider del grupo de mujeres) por falta de espacio propio, y la organización de rifas y manejo de fondos quedó a cargo del mismo.

En medio de la organización, explicó que el otro grupo decidió bajarse del evento porque ya no continuarán trabajando en Río Grande. Según ella, se trasladarían a Tolhuin para concentrarse en el ropero comunitario de esa ciudad y, además, se dedicarían a apoyar la campaña de una candidata, dejando de lado la organización del Día del Niño en la ciudad.

Sin embargo, los problemas habrían comenzado a manifestarse con la desaparición gradual de elementos. “Cada vez que iba al domicilio, faltaban cosas. Cuando recibimos lo que nos enviaron finalmente para el evento, apenas llegaron dos cajitas de golosinas, que no alcanzaban ni para un niño. Me largué a llorar en el patio, estaba todo preparado para más de 180 niños entre sus chicos y los chicos de mi comedor”, relató.

A esto se sumó un episodio que marcó un antes y un después, la líder del otro grupo, publicó en redes que una de las colaboradoras del comedor había robado unos lentes durante el sorteo de la rifa. En ese sentido, aclaró que los mismos estaban dentro de las cajas de donaciones enviadas. “Tengo videos donde se ve cómo revisamos las cajas y aparecieron los lentes. Aún así, hicieron pública la acusación”, dijo.

El conflicto continuó con un gesto que Verónica consideró ofensivo, le entregaron una bicicleta a una de las mamás de su comedor “para taparle la boca”, siendo la misma acusada de robo, lo que generó un gran malestar entre las colaboradoras y vecinos. La bicicleta fue devuelta.

El desgaste emocional y físico le llevó a tomar la difícil decisión de suspender temporalmente el comedor. “Tengo problemas de salud, EPOC severo, antecedentes de neumonía y monóxido alto en sangre. Este golpe fue demasiado para mí. No puedo seguir así”, relató.

A pesar de la situación, subrayó que su comedor siempre fue transparente y solidario. “Se robaron hasta los caramelos de los chicos. Los vecinos me pidieron que salga a hablar porque ellos vieron todo. Para mí, el comedor era sagrado”, enfatizó.

La referente aclaró que la denuncia penal será presentada por la colaboradora directamente acusada y que seguirá dando a conocer lo ocurrido públicamente, con pruebas, videos y registros de chats que documentan la colecta, la entrega de donaciones y la interacción con los vecinos.

Concluyó explicando que, a pesar del golpe recibido y de su estado de salud, continuará ofreciendo ayuda dentro de sus posibilidades, “Seguimos ayudando a los vecinos hasta el día de hoy, recién me tocaron el timbre, recibí gente, ya no tengo comedor, pero lo que quedó todavía lo ofrezco, porque es para ellos. Yo ya hablé con los vecinos, no puedo hacer mucho más de lo que hago o de lo que hice, porque ahí se llevaron mi poca energía de salud que tenía”.

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