Las principales causas están vinculadas al estrés y a los pensamientos que se intensifican durante la noche, impidiendo alcanzar un estado de relajación adecuado. Según el informe, las mujeres, los adultos mayores de 60 años y las personas que se identifican como parte de la clase baja son los grupos más afectados.

En este escenario, el contexto socioeconómico aparece como un factor determinante. La situación económica del país, sumada a la preocupación por la inseguridad y a una sensación de vulnerabilidad generalizada, contribuye a mantener en vigilia a millones de personas.

“El estrés genera una hiperestimulación mental. La mente no para, no se desconecta, y eso impide relajarse y dormir. Cuando los pensamientos no se detienen, se instala un estado de ansiedad que te hiperactiva y no te permite descansar”, explicaron desde AMSUE.

Ante este panorama, los especialistas recomiendan adoptar hábitos que favorezcan un buen descanso. Entre ellos, realizar actividad física por la mañana, evitar el consumo de alcohol, cafeína, azúcar y comidas abundantes durante la noche, y reducir el uso de pantallas en las horas previas a dormir. También señalan la importancia de dormir en un ambiente que sea oscuro, silencioso y con una temperatura agradable. “Seguir estas pautas puede ayudarnos a dormir más y mejor”, concluyó un experto clínico.