En una nota para FM Fuego, Ángel, carnicero de un almacén en el barrio Chacra II, contó que tras la habilitación para el ingreso de carne con hueso a Tierra del Fuego, una distribuidora les ofreció asado envasado al vacío, pero decidieron no comprarlo porque “nos pareció que venía muy caro para ofrecerlo al cliente”. Explicó que el precio de ese asado que llega envasado es más alto que comprar la media res completa, “Yo compro carne media res y me sale más barato comprar la media res el asado, que comprar ese asado que viene envasado al vacío”.
En ese marco, señaló que la venta de carne está en caída libre, “La venta viene cayendo cada vez más, ya hace un tiempo que se dejó de consumir carne, digamos, la gente sacó muchas prioridades y aparte la carne”. Recordó que la baja más fuerte la sintieron desde el Día de la Madre, “que fue uno de los golpes que más recibimos, que de ahí empezamos a ver que cada vez está cayendo más”.
En esa línea, comentó que la semana pasada no compraron carne para vender, “no bajé carne, no compramos carne porque nos había quedado”. Y agregó, “antes lo primero que salía de las carnicerías era el asado, el vacío, el matambre. Hoy lo que se dejó de consumir fue todo eso, todo nos está quedando. En la mayoría de las carnicerías nos sobra el asado ahora”.
Consultado sobre los precios, Ángel sostuvo que están en torno a “un promedio de arriba de 17, 19 mil pesos” por kilo, y que esa realidad es generalizada, “En todas las carnicerías, yo este fin de semana anduve dando vueltas, hablando con algunos, y sí, nos están sobrando asados. Lo que sobra hoy es asado”.
En cuanto a la cantidad de carne que suelen recibir, explicó, “Nosotros estamos bajando el proveedor de Trevelin hace tres años ya y la semana pasada fue la primera semana que no bajó carne”. Contó que normalmente bajaban “cinco medias por semana”, pero hoy con suerte “dos barra tres, según las fechas”. Y explicó que la demanda está atada a “la fecha de cobro, fecha de cierre de tarjeta o siempre vamos viendo eso”. Además aseguró que desde hace más de un año y medio no puede comprar más de cinco medias reses porque “no llego”.
El carnicero también habló de los cortes que más se consumen y los que quedaron en el olvido. “Lo que es el asado y el vacío se dejó de consumir. Una familia tipo cinco, cuatro, un papá se le hace muy complicado”, explicó, y dio un dato que muestra la dificultad de acceso, “Estamos hablando casi de un promedio de 20 mil pesos por kilo de asado. Sacá la cuenta que vos tenés que comprar asado, carbón y todo. Y un papá, cien mil pesos en un asado, no lo gasta”.
Sobre el precio del asado que les ofrecieron, que es costillar, comentó que “a mí me lo vendían a casi once mil pesos. Si lo tengo que vender, lo tengo que vender a quince. Y no es el número que tiene que estar en las góndolas. Yo creo que tiene que venir más barato para poder darle margen. Porque el que te viene a comprar el asado que vale 19 mil o 20 mil pesos, lo va a elegir. Por cinco mil pesos más, yo le doy la opción. Tiene que haber la opción de que vos puedas elegir”.
Ángel explicó que ellos trabajan con carne proveniente de Trevelin, “lo único que trabajamos. No trabajamos carne de la zona. Trabajamos todo de Trevelin. Buena carne”. Sin embargo, lamentó que, pese a que “acá te hablan que somos carne liberada aftosa, sin vacuna, de nivel muy bueno, excelente”, “con el número no lo puede comprar toda la gente”. “Nos hablan de que somos una elite de carne a nivel mundial, pero toda la gente no tiene el mismo poder económico que los que hablan de decir, no, nosotros tenemos que manejar este número. Es imposible”, afirmó.
Consultado sobre la carne del norte que entró envasada al vacío, Ángel señaló que “para mí es cara”. Explicó que “la carne del norte entró siempre porque siempre trabajamos pulpa enfriada. Siempre hubo pulpa, lo que estaban pidiendo es que entre la carne con hueso, pero ya entró, ya llegó la semana pasada, ya nos ofrecieron, que es costilla”. Pero volvió a insistir: “Lo que nos está sobrando en las carnicerías es el asado. Y si vos tenés un asado a 20 mil, que me lo dejen a 15, para mí no”.
Con respecto a la venta, el carnicero afirmó que esta situación los sorprendió mucho y que no solo ellos lo viven sino que “hablamos con otras carnicerías, Luis fue a ver a otras carnicerías, y ellos realmente también lo mismo. Está sobrando mucha carne, está bajando muy poca carne, ha bajado más del 50% en venta, en lo que es consumo de carne, y nosotros lo vemos reflejado todos los días porque vemos los bolsillos, el número que los sueldos nos han tocado, y las mercaderías en general, todas siguen subiendo, todas”.
Sobre la inflación puntual en la carne, Ángel comentó que “hace dos semanas subió la carne, 150 pesos, 200 pesos, la vienen subiendo, son pequeños, son muy pocos, que por nosotros tratamos de no meterlo, lo observamos nosotros, lo observa Luis”. Y se mostró desconcertado: “¿Cómo puede ser, si estoy cada vez vendiendo menos, y cada vez me seguís subiendo la carne? Yo lo hablo con ellos, me llaman por teléfono, ‘Ángel, qué pasó que esta semana no’, ‘mirá, pasó que no tuve ventas’, y si hace 100 pesos en 100 kilos, es un número”.
Respecto a los cambios en la demanda, Ángel señaló que “la gente hoy come salchichas, tenemos una promoción de fideos, puré de tomate, mayonesa, todo lo que está en oferta”. También explicó que en la carnicería “tratamos de vender todo parejo, porque si no, no sirve. Si no me sale la costeleta, la deshueso y hago bife de chorizo”. Y agregó que “los cortes que por ahí vienen las vecinas, la mayoría son la paleta, la aguja, el chingolo, algo para hacer un tuquito”. Pero lamentó que “se dejó de consumir los bifes, juntémonos a comer unos bifes, se complica, casi no existe, casi ya no existe”.
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