“En Buenos Aires que se caigan 3.000 o 4.000 puestos no mueve mucho, pero sabemos que acá en Río Grande 4.000 puestos son muy importantes. Estamos todos angustiados porque sabemos que la vamos a pasar cada vez peor y no vemos ninguna mejoría”, explicó. Para Schreiber, esta situación se refleja en las ventas de los comercios, donde la gente hoy consume lo más barato, lo que reduce aún más la ganancia.
Además, resaltó que los costos no paran de subir: la luz, el gas, las prepagas y la nafta impactan directamente en el día a día de los negocios. “Nosotros no tenemos obra social, sino que hacemos nuestra obra social, y las prepagas aumentaron mucho”, y agregó, “Después, el tema de que andás buscando mercadería y en esto, la nafta aumentó mucho. Todos los costos que tenemos son más altos. Entonces, esto preocupa mucho porque no vemos que haya una mejoría en los sueldos de la gente, por ejemplo, que empiecen a tener un mejor salario”.
El almacenero también hizo referencia a los fondos del FAMP (Fondo de Ampliación de la Matriz Productiva), recalcando que, aunque se generan principalmente en Río Grande, los proyectos que están aprobándose y a punto de ejecutarse son para Ushuaia, y orientados al turismo, no a la industria local.
Respecto a los clientes, Schreiber remarcó que muchos son operarios de fábrica, y entre ellos hay madres solteras con hijos a cargo, para quienes la pérdida del empleo será un golpe muy duro. “Le cuesta cada vez más a la gente llegar a fin de mes. Muchos clientes que no utilizaban la tarjeta de crédito, llegan casi a fin de mes y la utilizan, cosa que no estaban acostumbrados, porque, digamos, no consumían con crédito lo que comían diariamente, sino que guardaban la tarjeta para otros gastos, y sin embargo hoy la tienen que gastar acá en el comercio, y que no hace a su economía normal eso, y nosotros lo vemos, y vemos como no llegan tampoco, que le tenés que dar una mano los últimos días de mes, son clientes que vienen toda la vida acá”, afirmó.
Sobre la inflación, destacó que los precios de productos básicos, como el aceite, no bajan y, en algunos casos, siguen aumentando. Si bien hay ofertas puntuales, estas responden a productos con vencimiento próximo que las empresas deben liquidar para no perderlos.
Finalmente, Luis Schreiber remarcó que, a pesar de las dificultades, en su almacén siguen remando para sostener el negocio, aunque cada vez se hace más difícil. “No queda otra, es el único sustento que tenemos, pero está muy complicado y lo vemos en todos los colegas”, concluyó.
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