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Gobierno reforzó su impronta latinoamericana

La agenda de política exterior del Gobierno nacional tuvo esta semana una fuerte impronta latinoamericanista con las visitas de Estado en Buenos Aires de los presidentes, de Chile, Gabriel Boric, y de Bolivia, Luis Arce, que implicó la profundización de las relaciones bilaterales, a partir de la firma de diversos acuerdos y el llamado común a reafirmar la "unidad" regional para "enfrentar" la crisis por la pandemia y la guerra en Ucrania.

La invasión rusa en Ucrania fue otro punto saliente de la política exterior del país de la semana que está culminando con el voto positivo de la Argentina en la Asamblea General de la ONU que aprobó la suspensión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos del organismo multilateral, impulsada por Estados Unidos y potencias europeas.

En lo que fue su primer viaje al exterior, tras asumir la Presidencia de Chile a principios de marzo, la visita de Estado de tres días que Boric cumplió en Buenos Aires marcó el inicio de una nueva etapa en la relación entre ambas naciones, tras la salida del conservador Sebastián Piñera de La Moneda.

Más allá de los acuerdos firmados en diversas áreas junto al presidente Alberto Fernández, la estadía de Boric en el país estuvo marcada por un fuerte contenido simbólico sobre los históricos lazos culturales que unen a las dos naciones y los posicionamientos compartidos por ambas administraciones en materia de derechos humanos, género y diversidades, además de la firme convicción de que los dos países asumen un "destino común" desde América Latina.

Fernández y Boric recorrieron juntos el Museo Sitio de Memoria ESMA, donde se reunieron con representantes de organismos de derechos humanos y con sobrevivientes del principal centro clandestino de detención de la última dictadura cívico-militar y un emotivo concierto en el Centro Cultural Kirchner (CCK) del que participaron artistas chilenos y argentinos.

Los gobiernos de Argentina y Chile tienen una agenda común que incluye además la promoción y cuidado del medio ambiente, y la importancia de la inversión en ciencia y tecnología e innovación para promover el desarrollo regional.

Los mandatarios emitieron una declaración conjunta en la que destacaron que la relación bilateral "constituye una política de Estado sustentada por el compromiso de profundizar el camino del diálogo político" y por "la firme decisión de resolver toda diferencia en el marco de los mecanismos del derecho internacional".

"Chile y Argentina no tienen una cordillera que los divide, sino que los une, y eso debemos atenderlo de una vez y para siempre", enfatizó Fernández durante una conferencia de prensa ofrecida por ambos mandatarios en el Museo del Bicentenario de Casa de Gobierno.

Boric había iniciado su discurso subrayando el interés por "profundizar la relación" con el "pueblo hermano" de la Argentina en una construcción que, exhortó, "tiene que ir más allá de las preferencias de los presidentes".

Mientras Fernández hizo hincapié en los "muchos puntos de contacto" y de "mirada" para enfrentar la realidad que lo unen con Boric, su par chileno pidió concentrarse en los "puntos en común" y apartarse de las "diferencias" que "hacen pensar" que se está "ante un abismo".

La actualidad de la región también estuvo en los discursos con tópicos que van desde el reclamo de soberanía argentina en el Atlántico Sur hasta la problemática mapuche en la Patagonia y la agenda de los Derechos Humanos.

En ese plano, Fernández pareció aludir a la grave crisis política que atraviesa el Perú de Pedro Castillo y remarcó que América Latina "es una zona de paz, una zona que valora la paz y que cada día hace esfuerzos para que la democracia y la institucionalidad se preserve y se profundice".

Boric, quien encarna una nueva mirada sobre la inserción de su país en la realidad global, subrayó que "Chile parte desde América Latina" para vincularse con el mundo.

La visita de Estado fue coronada con la firma de numerosos acuerdos y memorándums con el objetivo de fortalecer la relación estratégica y de cooperación entre ambos países en materia de desarrollo industrial, tecnológica y economías regionales. También hubo acuerdos en las áreas de promoción cultural, género, derechos humanos y protección del medio ambiente, y de inclusión y promoción de la diversidad de las expresiones culturales.

Dos días después de la partida de Boric, el jueves, arribó al país el presidente de Bolivia, Luis Arce, otro importante aliado regional de Alberto Fernández.

Si bien la visita de Estado de Arce tenía como objetivo central destrabar -como finalmente ocurrió- un acuerdo sobre los volúmenes y el precio del gas natural que Bolivia enviará a la Argentina para afrontar el pico de demanda local en los meses de invierno, también adquirió una fuerte impronta política.

En una conferencia de prensa conjunta en Casa Rosada, Fernández y Arce renovaron su llamado a la "unidad" latinoamericana para "enfrentar" en el "continente más desigual del mundo" las consecuencias económicas y sociales de la pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania, y exhortaron a los países de la región a pronunciarse con énfasis en favor de "preservar la institucionalidad" en Perú, a raíz de la grave crisis política que atraviesa esa nación.

"Tenemos una América Latina que ha visto afectada su unidad en los cuatro años en los que el gobierno norteamericano que encabezó Donald Trump hizo todo lo necesario por dividirnos. Es hora de dejar ese tiempo y que podamos trabajar en pos de la unidad de nuestro continente que lo necesita y mucho", convocó Fernández.

Ambos mandatarios ratificaron la intención de profundizar los lazos de "hermandad" entre ambas naciones y expresaron su "preocupación" por la inestable situación que atraviesa el gobierno de Pedro Castillo, que sufre un nuevo "intento" de "destitución" por parte de sectores de la "derecha" peruana, denunciaron.

Más temprano, los jefes de Estado se habían reunido a solas en el despacho presidencial, donde avanzaron en diferentes puntos de la relación bilateral, entre ellas, un memorándum para la cooperación en el desarrollo de los recursos de litio.

"Nuestro continente es un continente que padece la desigualdad y que necesita mejorar rápidamente condiciones de igualdad para quienes lo habitan" analizó Fernández durante la rueda de prensa y reforzó la idea de "volver a reconstruir la unidad latinoamericana como alguna vez existió con países y gobiernos de distinto color político", aunque admitió que avanzar "es más fácil" entre gobiernos con "opiniones parecidas".

"Debemos volver a reconstruir esa unidad que América Latina necesita frente a los complejos procesos que se avecinan. No termina de superarse una pandemia y una guerra vuelve a atrapar al mundo", postuló.

A su turno, Arce ratificó la intención de Bolivia de "seguir avanzando y construyendo nuestra patria grande".

Arce vinculó ese concepto al compromiso que asumió ante Fernández de respetar el contrato vigente en cuanto a la provisión de gas, lo que permitirá recibir durante el invierno 14 millones de metros cúbicos diarios como en 2021, y de garantizar que la Argentina tendrá prioridad de compra para todo aumento adicional de la producción en los yacimientos bolivianos.

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