En medio de un proceso que indica la vuelta a la normalidad, cada vez son más las personas que eligen a los gatos para compartir el día a día dentro de su casa en la que ya pasan menos tiempo: la independencia, los hábitos de alimentación y la conexión que tienen con los humanos son algunas de las cuestiones que potencian esta elección.
Argentina es el país de la región con más mascotas por habitante -el 78% de los argentinos tiene mascotas en su casa-. Aunque el número de perros es mayor al doble de número de gatos que hay en el país -15 millones vs 6 millones-, cada día son más las personas que deciden adoptar un felino debido a sus características.
Si bien, durante los últimos dos años las personas se encontraron viviendo mucho más tiempo dentro de sus casas y teniendo, por lo tanto, mucho más tiempo para brindarles a sus mascotas, en la actualidad, la progresiva vuelta a la normalidad, alienta cada vez más a potenciar la adopción de gatos, una mascota que se adapta mejor a la dinámica familiar del día de hoy.
“El perro demanda más tiempo y organización, por ejemplo: deben tener al menos dos o tres paseos por día. En cambio, el gato, no requiere de paseos diarios. Aunque es importante generarles espacios para que puedan satisfacer su necesidad natural de cazar. Es por esto, y sus demás características que lo señalan como un animal mucho más 'independiente', que el gato se convierte en la mascota del futuro, adaptándose mejor a las necesidades y tiempos de cada persona y familia”, explica Tamara Cursach, Jefa de Comunicación Científica e Investigación de Vitalcan.
Otra de las ventajas de estos felinos, son sus hábitos de alimentación. Los gatos suelen comer varias veces al día, pocas porciones, incluso cuando esta ración diaria es puesta por su cuidador en una sola toma. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos tienen la misma actitud y muchos son glotones, por lo que comen todo de una vez y piden comida en distintas oportunidades del día. Por ello, es importante para no sobre alimentarlos, utilizar comederos automáticos o aquellos donde se esconden las croquetas y tienen que manipularlos para obtener el alimento.
A su vez, el vínculo que se gesta entre el humano y los gatos trae un beneficio para ambas partes. De hecho, muchos estudios demuestran que el ronroneo del gato produce un efecto anti stress en las personas: el sonido vibrante produce serotonina -un neurotransmisor del sistema nervioso vinculado a la inhibición de sentimientos relacionados con la ira, la agresión, el humor o el sueño-, lo que ayuda a las personas a relajarse. A su vez, a los gatos les gusta ser acariciados, cuidados y la interacción que se genera con sus humanos compañeros en el juego.
En el caso de los niños, es totalmente recomendable tener un gato de mascota, pero es importante tener en cuenta una correcta socialización, período que transcurre entre las 2 a 7 semanas de edad donde es fundamental la interacción de ellos con sus pares y con los humanos para evitar trastornos de comportamiento a futuro y lograr una convivencia en armonía.
“Sin embargo, y pese a que estos animales son más independientes, tener un gato es toda una responsabilidad. Para brindarles bienestar físico y mental, es fundamental que cuenten con espacios acordes a sus necesidades: un lugar seguro para que puedan retirarse cuando se sientan amenazados, poder esconderse y poder descansar -les suelen gustar los lugares en altura-. Así también, es importante ofrecerles juguetes que simulen presas (ratones, plumas), y estimularlos a que hagan actividad física, así como proporcionarles distintos rascadores en la casa para que puedan arañarlos, ya que al hacerlo consiguen varios beneficios: gastado de uñas, liberación de sustancias como las feromonas y la estimulación de la musculatura, entre otros”, finaliza Cursach.
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