Los jefes de la diplomacia de Estados Unidos y de Rusia sostuvieron el jueves un encuentro tenso, lleno de advertencias y amenazas sobre Ucrania, pero también señalaron que buscan solucionar la crisis por la vía diplomática.
"Estamos profundamente preocupados por los planes de Rusia de lanzar una nueva agresión contra Ucrania", dijo el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ante su par ruso, Serguéi Lavrov.
Blinken retomó el tono adoptado el miércoles cuando en una reunión de la OTAN en Riga, expresó su preocupación por las "pruebas" de que Rusia tiene planes de lanzar "acciones agresivas importantes contra Ucrania".
El alto cargo estadounidense también advirtió el jueves que si Rusia sigue por la vía de la "confrontación" va a sufrir "graves consecuencias", después de que el miércoles amenazara a Moscú con duras sanciones.
Blinken, sin embargo, también hizo un gesto y afirmó que estaba dispuesto a "facilitar" la puesta en marcha de los acuerdos de Minsk, sellados después de que Rusia anexara Crimea en 2014 y que están pensados para resolver el conflicto en el este de Ucrania entre Kiev y los separatistas prorrusos.
Sin embargo, nunca han sido aplicados a cabalidad.
La reunión ministerial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), planificada desde hace tiempo, reunió a las dos potencias rivales y también a Ucrania en este encuentro en las afueras de Estocolmo.
Lavrov, por su parte, advirtió que se está gestando un "regreso al escenario de pesadilla de una confrontación militar" y acusó a la OTAN de "acercar su infraestructura militar a las fronteras rusas".
El ministro ruso también se opuso a una eventual expansión de la alianza atlántica hacia el este, que incluya a Ucrania, pero también tendió una mano al diálogo.
"Estamos interesados en los esfuerzos comunes en dirección de una resolución de la crisis en Ucrania", indicó el jefe de la diplomacia rusa. "Estamos listos", agregó.
El jueves, Blinken se reunió en la capital sueca con su homólogo ucraniano, Dmitro Kouleba, quien reiteró su petición de la puesta en marcha de "medidas disuasivas" para que el presidente ruso, VladÍmir Putin, "piense dos veces antes de recurrir a la fuerza militar".
Desde noviembre Kiev y sus aliados de Occidente alertan sobre un refuerzo de las tropas rusas en la frontera con Ucrania y la posibilidad de una invasión durante el invierno boreal.
El Kremlin dijo este jueves que la voluntad de Ucrania de recuperar Crimea constituye una "amenaza directa" para Rusia.
En el terreno siguieron las tensiones, pese a las reuniones diplomáticas.
Un soldado ucraniano murió en la línea del frente en enfrentamientos con los separatistas prorrusos, según el ejército de Kiev.
En tanto, Moscú afirmó que detuvo a tres espías ucranianos, uno de los cuales está acusado de planear un "ataque" con explosivos.
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