El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó en X: "Justo cuando parece que ya no quedan palabras para describir el infierno que se vive en Gaza, se ha añadido una nueva hambruna", y agregó: "Esto no es un misterio: es un desastre provocado por el hombre, una crítica moral y un fracaso de la humanidad misma. La hambruna no se trata solo de comida; es el colapso deliberado de los sistemas necesarios para la supervivencia humana. La gente se muere de hambre. Los niños mueren. Y quienes tienen el deber de actuar no lo hacen".
Por su parte, el director de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, Tom Fletcher, afirmó que la hambruna "podría haberse evitado" sin la "obstrucción sistemática de Israel", mientras que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, sostuvo que "es un crimen de guerra utilizar el hambre con fines militares".
Israel rechazó el informe, asegurando que "No hay hambruna en Gaza" y calificando el estudio del IPC como "fabricado 'a medida' para la falsa campaña de Hamas". El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió que la Ciudad de Gaza será destruida si Hamas no se desarma, libera a los rehenes y pone fin a la guerra: "Pronto las puertas del infierno se abrirán sobre las cabezas de los asesinos y violadores de Hamas en Gaza, hasta que acepten las condiciones de Israel para poner fin a la guerra".
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó la combinación de acciones militares y negociaciones, señalando que "Estas dos cosas, derrotar a Hamas y liberar a todos nuestros rehenes, van de la mano", y agradeció a los soldados por su labor en este objetivo.
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