Los accidentes de transito siguen siendo una de las causas principales de muerte en todo el mundo. Dentro de las estadísticas, el uso del celular sigue escalando posiciones en el ranking de factores que desatan verdaderas tragedias.
El teléfono celular no sólo se ha convertido en una extensión electrónica de nuestro cuerpo, en un paradigma de la globalización marcada por la vertiginosa tecnología que en materia de comunicaciones viaja cuasi a la velocidad de la luz. Ese fenómeno de masas portátil alcanzó una asombrosa incidencia en el comportamiento cotidiano de la gente en todo el planeta. Sin exagerar, seguramente podríamos olvidarnos de retirar un hijo de colegio, pero difícilmente salgamos a la calle sin en teléfono, y mucho menos sin la carga suficiente para no quedar "desamparados".
Pero las ventajas y comodidades que ofrece en la era moderna el cada vez más pequeño adminículo, ha provocado varios fenómenos, en su uso principalmente, algunos de los cuales resultan sumamente preocupantes porque ponen en riesgo nuestro bien más preciado ¿el teléfono?, no, la vida.
Es cada vez menos frecuente el uso del celular para lo que fue concebido; marcar un número e intercambia palabras con otra persona. Todo ese procedimiento se canaliza en la inmediatez del chat y más aun de las redes sociales, todo desde el teléfono que, sin importar su valor, trae incorporado paquete de aplicaciones cada vez más simples de usar, que nos permiten acceder de manera sencilla en todo momento. Ahí radica el problema, en el momento.
No hace mucho sucedió en Estados Unidos un hecho emblemático. Una mujer que transitaba sola en su auto por una carretera, tomó su teléfono celular y se hizo una "selfie", todo mientras manejaba. La historia no termino con el auto retrato de la mujer de 32 años, ya que al mismo tiempo decidió publicar esa imagen en su perfil de Facebook. El procedimiento sólo llevó unos instantes, apenas segundos de distracción que fueron suficientes para perder el control del vehículo, cruzar de carril y chocar de frente contra un camión de basura que circulaba por la mano contraria. La historia tuvo el final más dramático posible ya que el auto se incendió provocándole la muerte en el acto.
Esos instantes fueron reconstruidos en una animación generada con datos aportados por los investigadores del siniestro y con la ayuda de familiares de la víctima, lograron contratar que entre el momento de la publicación de la foto y el choque frontal apenas había pasado un minuto. El caso tuvo notoriedad mundial, pero no logró el impacto suficiente para modificar usos y costumbres.
Lo más dramático resulta la lentitud con que se asimila el riesgo del uso del celular al volante. Acaso porque hay una rápida y auto convincente explicación que damos casi como acto reflejo. "Son solo segundos". Está probado que para tomarnos una foto tardaríamos una media de sólo 14 segundos, una ínfima fracción de tiempo que puede determinar la barrera entre la vida y la muerte, nada menos.
Una encuesta realizada por Ford en Europa, y que presumiblemente tenga un resultado parecido en todas partes, reveló que uno de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 24 años utiliza las funciones del teléfono móvil mientras maneja su vehículo. Este dato pone en relieve un nuevo problema que hace aun más complejo el panorama vial, aportando un nuevo flagelo a otros con lo que se viene lidiando desde hace años, como el alcohol y la excesiva velocidad, por citar solo un par de ejemplos cotidianos.
Una cosa parece clara, que el largo proceso de concientización en el uso de dos elementos de seguridad determinantes como el casco en los rodados y el cinturón de seguridad en los vehículos en general, que demandó tiempo, dinero y vidas, pero que terminó teniendo un efecto favorable, deberá desdoblarse para frenar la incidencia del celular al volante.
Según un relevamiento difundido en las últimas semanas por la Federación Internacional del Automóvil (FIA), en 2013 y sólo en 9 países de América Latina hubo cerca de 62 mil víctimas fatales en accidentes viales. De ese número de muertes, poco más de 5 mil fueron en suelo argentino, una cifra que bajó en comparación con otros años pero que de todos modos sigue siendo elevada. Según el completo informe brindado por el ente rector del automovilismo a nivel mundial, nuestro país ocupa el quinto puesto en la región con una cantidad de 13 muertes cada 100.000 habitantes. Brasil encabeza el ranking con 20 muertes cada 100 mil personas.
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