“Siempre salía por acá, jugaba con los nenes y las personas de la zona, no tenía ningún problema, era mi compañero. Nadie se merece irse así, eso es mucha maldad”, lamentó el propietario del can, visiblemente afectado.
El perro, que era cría de una perra de su hermana, había sido muy querido por la familia, y los sobrinos de Velázquez quedaron “desesperados y muy asustados” ante presenciar el hecho.
En su relato a un medio de la capital fueguina, el damnificado contó cómo ocurrió el ataque, “Esto pasó entre las 9 y 10 de la noche del lunes, cuando entra mi sobrino corriendo desesperado a avisar que había un vecino que quería matar a los dos perros, el de mi padre y el otro que es mío, el que falleció. Tardé en salir unos minutos y ya estaba toda la gente desesperada a los gritos”.
El hombre continuó describiendo, “Cuando salí ya estaba apuñalado y él estaba adentro en su casa. Lo encontré en la tira 11, en la vereda. El vecino lo apuñaló con una cuchilla, estaban todos de testigos que lo vieron, no solo mi sobrino, anoche fue a testificar la chica para la denuncia”.
Ariel relató que su perro ya se estaba desvaneciendo cuando él llegó para salvarlo, “Fui desesperado, lo quise levantar y me lo traje acá a casa. Ya se estaba desvaneciendo, tenía un tajo de lado a lado, era un cuchillazo”.
Al ser consultado sobre si tenía algún conflicto previo con el agresor, Velázquez explicó, “Lo conozco de acá del barrio, nunca tuve ningún drama. La mamá de él me había dicho hace unos días que ‘hay alguien que le deja comida y agua, parece que te lo quieren envenenar’. Y al final, el que me lo termina matando fue su hijo”.
Con profunda preocupación, expresó finalmente, “Hoy hablé con uno de los vecinos y no lo pueden entender, esta persona está fuera de sus cabales, no puede venir y matar a un perro o lo que sea, una persona. Espere que llegue la policía y que actúen ellos", dijo el vecino, a la espera de que la Justicia tome cartas en el asunto.
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