El caso comenzó hace meses cuando la familia del menor denunció las amenazas de muerte. Debido a la gravedad de la situación, la Justicia dispuso inicialmente una consigna policial para proteger al mismo y su familia.
Sin embargo, las medidas adoptadas tuvieron efectos adversos ya que la constante presencia policial comenzó a afectar emocionalmente al menor, mientras que Salud Mental no diagnosticó ningún trastorno en la mujer, lo que dejó la situación sin una resolución clara.
El desenlace más reciente ocurrió ayer, cuando la jueza de turno decidió imponer una custodia policial permanente sobre la mujer, quien protagonizó en esa misma jornada un intento de fuga del personal policial. Debido a su comportamiento errático, se requirió el uso de refuerzos para controlarla. Finalmente, fue hospitalizada para su atención.
El caso sigue bajo investigación y requiere de una acción decisiva por parte de las autoridades para encontrar una solución definitiva a una situación que ya lleva meses sin resolverse.
Imagen Ilustrativa
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