Durante la sesión especial, el oficialismo intentó frenar el avance de la oposición, pero no logró boicotear el quórum. En cambio, enfocó sus esfuerzos en modificar artículos clave del texto para que regrese a la Cámara Alta. Aun así, la oposición, integrada por bloques del radicalismo, fuerzas provinciales, el peronismo y sectores del PRO, alcanzó la mayoría necesaria.
El proyecto establece que los DNU deberán ser ratificados por ambas Cámaras del Congreso, y que el rechazo de una sola bastará para dejarlos sin efecto. En el texto original se incluía un plazo de 90 días para que el Parlamento se expidiera, pero ese punto fue rechazado por diferencias internas dentro de los bloques opositores.
Desde el oficialismo reconocen que la negociación final quedará para después de las elecciones, mientras que un eventual veto presidencial podría tratarse recién en noviembre o diciembre. En ese escenario, La Libertad Avanza confía en que el resultado electoral y una nueva composición legislativa le permitan fortalecer su posición en el Congreso.
Durante la previa, los operadores políticos del Gobierno, entre ellos Santiago Caputo, Guillermo Francos y Lisandro Catalán, buscaron evitar otra derrota parlamentaria mediante acuerdos con gobernadores y referentes provinciales. Esa estrategia logró que algunos diputados se ausentaran o se abstuvieran, como los representantes de Misiones, Salta, Tucumán y Río Negro, entre otros.
A pesar de los esfuerzos, la oposición consolidó una mayoría que dejó en evidencia la debilidad legislativa del oficialismo, aunque todavía lejos de alcanzar los dos tercios necesarios para revertir un eventual veto presidencial.
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