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Locales

Productor local debió cerrar sus puertas por el mal faenado del Matadero Municipal

El comerciante  Daniel Parún, dueño de “Granja Porcina” dialogó con FM Fuego acerca del cierre de su sala de ventas y los motivos que lo llevaron a tomar esta triste decisión.

Daniel explicó que debe cerrar a raíz de los permanentes problemas que surgían durante la faena en el Matadero Municipal : “Hemos tenido un deterioro importante, el riesgo era permanente, los animales venían mal, quebrados, mal desangrados, mal pelados, y es un  tema que he hablado con personal del Matadero, puse gente a disposición para enseñarle al nuevo personal Municipal el tratamiento del faenado, lleve hasta una rampa para que bajen los animales porque no tenían, porque entiendo que quizás administrativamente se les complica, pero es más la pérdida que tenemos por inconvenientes en la faena de los animales que por lo que gastamos. Un animal mal faenado es una pérdida”, agregó.

"Yo pago por la faena y quiero que por lo menos el funcionamiento de lo que  estoy pagando sea bueno, que los animales vengan bien, que me los entreguen rápido. No puedo faenar un viernes porque el sábado el laboratorio no funciona. Imaginate, viene un fin de mes y tengo pocos animales pero el jueves hubo mucho movimiento y necesito más carne el fin de semana y no puedo”, continuó indignado.

Por otro lado, enfatizó en el problema que le generó los horarios del matadero: Nos tocó que el 25 de mayo tuvimos que cerrar porque el matadero municipal estaba cerrado por el fin de semana largo, no teníamos nada para vender, pero teníamos animales. Eso fue un poco lo que me marcó  para tomar la decisión de cerrar”.

"Hace muchos años que lo hacemos con mi familia y la verdad que llegamos a un punto en que nos planteamos que, si vamos a seguir con esto, lo tenemos que hacer de otra manera sino no vale la pena.”

Además, Daniel se mostró triste por la situación y afirmó: “Más allá de que yo me funda o no me funda, es mucho el esfuerzo que se hace. No es que yo compro una bolsa de papas y las revendo. Acá hay que trabajar todos los días, producir no es fácil. Logramos lo más difícil que es producir, llegamos a mantenernos cinco años en el mercado con nuestro propio producto, local y genuino. Entonces, que yo tenga que tomar la decisión de cerrar me entristece por no decirte que también me indigna porque hago todo el esfuerzo sin asistencia”.

“Nosotros tenemos una granja donde tenemos animales bajo techo, todo muy ordenado y prolijo. El año pasado, en la pandemia, pudimos terminar con mi hijo un galpón y hoy podemos decir que tenemos 900 metros cubiertos sólo para los animales; el resto de las instalaciones para conservar las cosas y guardar alimentos balanceados”, comentó.

En ese sentido, explicó el paso a paso del largo proceso productivo que cubre desde la gestación hasta la faena y posterior venta en las carnicerías: “Después de un año de que estamos criando al animal, donde hay cuatro meses de gestación, un mes de destete y entre 5 y 6 meses más para que el animal llegue a los 95/100 kilos al gancho que es con el peso que ingresa a la carnicería. Es un proceso muy largo que uno no sólo está atendiendo a los animales sino gastando mucho dinero en balanceado. Un animalito que llega a ese kilaje te consume acá en Tierra del Fuego unos 470 kilos de alimento balanceado en esta época. Imagínate que hoy un promedio de balanceado está no menos de $50”.

Finalmente, concluyó: “Hay un desgaste comercial ligado a la producción que uno tiene que ir viviendo día a día y es ese desgaste es el que me ha hecho tomar la decisión de cerrar .

 

 

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