Un aspecto destacado de este año fue la preeminencia de los delitos contra la integridad sexual, que representaron el 50% de las condenas dictadas. En los juicios orales, este porcentaje fue aún mayor, alcanzando 22 de los 32 casos.
Esto se debe a que la mayoría de los delitos de abuso sexual no pueden resolverse mediante omisiones de debate o medidas reparatorias, lo que hace que los juicios orales sean el principal recurso en estos casos.
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