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Interés General

“Si las embarcaciones son prudentes no debería ocurrir una tragedia ”

Así lo declaró el geólogo Jorge Rabassa, investigador retirado del CONICET, en una entrevista con FM FUEGO, sobre el desprendimiento del iceberg antártico que tiene el tamaño de la ciudad de Buenos Aires. Asimismo, explicó la naturalidad de estos procesos y el comportamiento de estos fenómenos.

El geólogo Jorge Rabassa, ex investigador del CONICET, explicó el fenómeno del desprendimiento de una isla antártica del tamaño de CABA: “Se producen porque las barreras de hielo entran en contacto con el agua de mar, entonces el extremo externo sufre un empuje de abajo hacia arriba por la flotación provocando la generación de grietas y una ruptura, desprendiendo todo el bloque. Es un proceso absolutamente natural, pero es posible que haya una mayor frecuencia en tiempos recientes de este tipo de desprendimientos como consecuencia del calentamiento regional y el cambio climático global”.

Asimismo, Rabassa recordó: “En el año 1980 yo estuve en la Antártida, por un proyecto del Instituto Antártico Argentino, y nos avisaron que había un gran tempano de esta naturaleza con 80 kilómetros de largo. Me encontraba en Marambio y los pilotos de la Fuerza Aérea asentados ahí nos invitaron a sobrevolarlo, así pudimos observar el colosal tamaño que tenía. Esto fue cuando recién comenzaba a hablarse del cambio climático, así que es un proceso que se da por las circunstancias, la mayor velocidad del hielo que hace aumente la porción flotante del glacial, etc.”.

Respecto a este caso en particular, dijo: “Se ha hablado de que es equivalente al Gran Buenos Aires y puede ser. Este cuerpo desprendido de una de las barreras de hielo de la península antártica tiende, por la circulación oceánica, salir y ser tomado por la corriente circumpolar antártica que es muy fuerte y rápida, muy importante desde el punto de vista meteorológico ya que da toda la vuelta por el continente antártico. Así, la isla de hielo va a tomar una trayectoria similar, de oeste a este, llegando a la región de las islas Georgias y Sándwich del Sur. Pero, poco a poco el efecto del oleaje y el comportamiento del ambiente va a ir desprendiendo fragmentos, hasta que termine de derretirse”.

“Muy rara vez estas islas de hielo son tomadas por la corriente del atlántico o el pacifico sur, llegando a latitudes más cercanas al Ecuador, pero puede suceder”, añadió.

En esta línea habló sobre la trayectoria de este bloque y el rumbo trazado por los cruceros antárticos: “Si hay una actitud seria, consciente y prudente de los barcos que navegan a la Antártida, no debería ocurrir ninguna tragedia. El problema es el siguiente, tomemos el siguiente ejemplo para entender, se puede notar cuando hay un cubito de hielo flotando en un vaso con agua que el 90% de su volumen está por debajo del nivel superior del agua, por lo que será prácticamente invisible (sobre todo en la noche) en las rutas que recorren los cruceros. Pero contamos con la tecnología para detectarlos rápidamente, así que salvo que haya una imprudencia destacable no debería haber mayores complicaciones”.

“En el caso del ARA Almirante Irízar, que es el único barco argentino en condiciones de llegar y atravesar el pasaje Drake y llegar a la base Belgrano, la chance de que haya un contacto directo e involuntario es prácticamente nula”, manifestó.

Por otro lado, habló de las consecuencias de un trazado de ruta distinto para evitar la isla de hielo: “Cualquier aumento en el desplazamiento del barco con respecto al rumbo trazado originalmente conlleva el peligro de que cada semana que pase hacia la finalización del verano aumente la cantidad de superficie congelada del mar. Es decir, entre más tarde, mayores dificultades para romper el hielo recién formado acarreando diversos tipos de inconvenientes”.

“No me preocupa tanto el Irízar como los buques turísticos. Porque no todos los capitanes tienen suficiente experiencia en navegación antártica como el personal de la Armada Argentina”, finalizó declarando el geólogo Jorge Rabassa.

ICEBERGS

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