Ocurrió en horas de la noche del miércoles en el hospital San Martín de Paraná. Carlos Gabriel Olivares, se había tragado una bombilla, lo operaron para quitársela y se escapó durante el posoperatorio.

En el momento en el que se percataron de la situación, se inició un operativo de búsqueda y, después de un intenso rastreo, el preso que se había fugado fue hallado en la casa de una familiar “con la que tendría algún vínculo afectivo”. La vivienda está ubicada en el barrio Las Flores, en la capital de la provincia de Entre Ríos.

Una vez que Olivares fue recapturado, se lo trasladó nuevamente al Hospital San Martín de Paraná, donde le habían realizado una intervención quirúrgica, y en donde estará recluido hasta que cumpla con los plazos post operatorios, para luego ser trasladado a la Unidad Penal 1.

Este hecho comenzó el pasado 10 de enero, cuando Olivares tuvo que ser internado de urgencia en medio de la madrugada a raíz de una crisis de nervios. Tras la realización de varios estudios, los médicos se percataron que el joven se había tragado una bombilla.

El recluso, oriundo de Paraná, fue derivado inmediatamente a cirugía para así avanzar con la operación que se llevó a cabo el pasado martes 25 de enero. Allí, el interno se mantuvo custodiado por el personal del Servicio Penitenciario.

Tras ser intervenido, Olivares aprovechó un descuido del personal que lo cuidaba, quien solo pensó que estaba dormido por la anestesia, y se escapó del hospital.

Ante esto, las autoridades de la cárcel de Paraná indicaron a la fiscalía que, desde hace un tiempo atrás, el preso había tenido un altercado con sus familiares, y que durante los últimos días tuvo otra recaída emocional que lo habría llevado a tomar esta decisión.