En diálogo con FM Fuego, el dirigente explicó que los comercios vienen registrando una caída sostenida en las ventas, cierres de locales y pérdida de fuentes laborales, producto de la recesión y la baja del poder adquisitivo. “Si no reactivan la industria textil, metalúrgica o petrolera, que derrame salarios en el comercio, no hay mucho para hacer”, expresó.
Rivarola sostuvo que el comercio por sí solo no puede sostener el empleo sin una economía en movimiento, “No pueden traer otro supermercado porque no hay más plata para gastar. Vamos a competir entre nosotros. Si no hay salarios, el comercio solo reparte lo que hay, no genera consumo nuevo. Necesitamos producción y trabajo genuino que ponga dinero en la calle”, apuntó.
El referente del CEC detalló que en lo que va del año 127 trabajadores del comercio formal perdieron su empleo en Río Grande, y advirtió que muchos locales funcionan con menos personal o reduciendo horarios para sobrevivir. “Estamos viendo persianas bajas, locales vacíos y otros que abren al mediodía porque no pueden pagar la jornada completa. Es un síntoma claro de una economía frenada”, dijo.
En relación con el reciente cierre del local Vraie, Rivarola explicó que la decisión fue tomada por la empresa ante la caída drástica en las ventas y el aumento en los costos operativos. “Nos enteramos como todos, cuando pegaron el cartel de liquidación total. La firma evaluó que el nivel de ventas no alcanzaba ni siquiera para sostener los gastos fijos, y por eso resolvieron bajar la persiana”, detalló.
Según indicó, siete trabajadores quedaron afectados por el cierre, dos de ellos reubicados, uno en una sucursal de Ushuaia y otro en otro comercio del mismo grupo, mientras que el resto será indemnizado conforme a la ley. “La empresa asumió que era una pérdida, pero decidió cumplir con sus obligaciones. No obstante, eso no quita la preocupación, detrás de cada despido hay familias que pierden su ingreso mensual y eso repercute directamente en el consumo local”, remarcó.
En ese marco, señaló que el CEC viene acompañando a los trabajadores en el proceso de cierre, verificando que se cumpla con los pagos de las liquidaciones finales y las indemnizaciones. “Nosotros intervenimos para garantizar que nadie quede sin cobrar lo que le corresponde. Son situaciones muy duras, pero al menos logramos que se respeten los derechos de los empleados”, agregó.
Por otra parte, el dirigente se refirió a la situación de los trabajadores del Registro Automotor, que atraviesan una situación aún compleja tras el cierre definitivo de la oficina en Río Grande. “Acá hay empleados con más de 30 años de antigüedad que se quedaron de un día para el otro sin trabajo y sin cobrar un peso”, denunció.
Explicó que los empleados fueron notificados por carta documento de que no serían reincorporados y que la patronal pretende evadir el pago de las indemnizaciones alegando una supuesta “causa de fuerza mayor”. “Eso no existe. No se puede justificar un cierre con la excusa de la crisis y dejar gente en la calle sin reconocerle lo que le corresponde por ley”, afirmó.
El CEC acompaña a los trabajadores en la vía judicial, reclamando que se les abonen los montos completos de las indemnizaciones y todos los conceptos adeudados. “Son personas que dedicaron su vida laboral a la empresa, y no puede ser que después de tres décadas se les dé la espalda. Vamos a llegar hasta las últimas instancias para que cobren lo que les corresponde”, aseguró el dirigente.
En otro tramo de la entrevista, Rivarola también analizó la reforma laboral que se debate a nivel nacional, advirtiendo que los cambios propuestos “buscan restarle poder a los sindicatos y darle más margen al empleador”. Explicó que el proyecto “todavía no toca temas centrales como las indemnizaciones, pero sabemos que se viene una versión más profunda, y queremos estar en la mesa de discusión”.
“Nosotros no nos oponemos a debatir, pero no puede hacerse sin los trabajadores. El sindicalismo tiene que estar presente para defender derechos, no para obstaculizar la producción, sino para garantizar condiciones justas”, subrayó.
Por último, Rivarola sostuvo que la crisis actual exige una mirada integral de la economía provincial, “Cada trabajador despedido en la industria es un cliente menos en el comercio, y cada negocio que cierra es una familia que pierde su sustento. Si no reactivamos la producción, no hay manera de sostener el consumo. Es una cadena que se está rompiendo y que debemos recomponer entre todos”, concluyó.
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