La pirotecnia es un clásico de las fiestas de fin de año, pero cada vez más avanza la certeza de que los estruendos que produce resultan nocivos para muchas personas y animales, en especial los niños con trastornos del espectro autista (TEA).
Ante ello, desde el sector empresario se lanzó la campaña "Más luces, menos ruido", con el objetivo de abandonar los ruidos de cañitas, petardos y cohetes, y que todos puedan disfrutar.
El Secretario General del Sindicato Único de la Industria de Pirotécnica y Afines (SUEIPA), Guillermo Cantatore manifestó que "es un desafío que había que tomar, porque nosotros también tenemos que formar parte del sentido común" que establece una sociedad.
"Hay productos que no eran para tirar en una ciudad o en un barrio", explicó, para añadir que la medida "viene a raíz de un cambio cultural que tenemos que empezar a dar".
"Hoy hay más empatía con el otro; años atrás en una cuadra hacían competencia a ver quien hacía más ruido; el que tiraba petardos más fuertes era aplaudido por todo el barrio", rememoró.
Hernán Segura un comerciante del sector, aseguró que "Más luces y menos ruido es una campaña muy buena que se viene trabajando hace unos años" y que permitió concientizar sobre el impacto nocivo que genera los fuegos artificiales sonoros.
Desde la industria confirmaron que los compradores ya no buscan la pirotecnia sonora sino que priorizan los espectáculos lumínicos. Por eso, ante un cambio de paradigma, los fuegos artificiales se renuevan pero esta vez sin producir un perjuicio a terceros.