El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, utilizó al aborto como un elemento de confrontación política contra su rival electoral para octubre y el expresidente, Luiz Inácio Lula da Silva. Lo calificó de "genocida de inocentes" y además lo acusó de agredir a pastores evangelistas y curas católicos con su posición sobre una reglamentación por la interrupción del embarazo en los hospitales públicos.
Bolsonaro también fustigó la alianza entre Lula y el conservador Geraldo Alckmin, que será su candidato a vicepresidente, al afirmar que es una unión "apenas por el poder".
Bolsonaro comentó la declaración de Lula de estar personalmente en contra del aborto pero a la vez de someter la discusión a una cuestión de salud pública, que alimentó el debate entre los dos primeros candidatos para las elecciones presidenciales del 2 de octubre.
Bolsonaro intentó vincular la declaración de Lula sobre la necesidad de reglamentar la atención médica a las mujeres que aborten a un ataque a todos los cristianos de Brasil, tanto evangelistas como católicos.
"Lula es un genocida de inocentes y le falta el respeto a los curas y pastores. Lula quiere sacarle las armas de las manos a la gente de bien, defiende el aborto como algo tan simple como ir al dentista. Cuando defiende el aborto está criticando a pastores y curas, les quiere sacar credibilidad a los líderes religiosos", dijo Bolsonaro.
El mandatario de ultraderecha logró en 2018 una gran adhesión de la población evangélica más pobre, en el marco de una gran campaña de noticias falsas vinculando al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula con la divulgación de material escolar pornográfico. Lula había dicho que "todo el mundo debería tener el derecho al aborto".
"Incluso estando contra el aborto en forma personal, el aborto existe y existe en forma diferenciada. Cuando ocurre en una persona con dinero, esa persona busca una clínica o viaja a otro país para tratarse. ¿Y las personas pobres cómo hacen?", había dicho Lula.
En otro orden, Bolsonaro criticó la designación como compañero de fórmula de Lula del exgobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, en el marco de ampliar el abanico ideológico para intentar vencer en la primera vuelta. "Alckmin era un férreo opositor de Lula por décadas, atacaba al PT por razones positivas. Ahora Lula y Alckmin se unen por el poder. Si antes eran enemigos y ahora son amigos quiere decir que antes mentían o mienten ahora. El pueblo tiene que entender, se unen por el poder", subrayó.
Bolsonaro reforzó las chances sobre quien será su compañero de fórmula en octubre y clavó un "90%" para el general Walter Braga Netto, asesor especial de la presidencia que renunció la semana pasada al Ministerio de Defensa para poder participar de la contienda electoral.
Bolsonaro elogió que Braga Netto tiene "formación de general del Ejército", fue su jefe de gabinete y ministro de Defensa. "No es una fórmula electoral, es una fórmula para gobernar", admitió al criticar la articulación de Lula y Alckmin.
Según la última encuesta del Instituto Demoscópico Ipespe, publicada el miércoles 6 de abril, Lula lidera con el 44% de los votos contra el 30% del presidente Bolsonaro, del Partido Liberal. En tanto, Jair recuperó en un mes cuatro puntos que "heredó" de la desistencia de la candidatura electoral del dirigente ultraderechista opositor Sérgio Moro, el exjuez de Lava Jato y exministro de Justicia del actual gobierno.