La advertencia surge tras un encuentro realizado en Ushuaia entre representantes de la UOM, cámaras empresariales y autoridades nacionales y provinciales, donde se evaluaron posibles alternativas frente a la inminente entrada en vigencia de la medida, prevista para el 15 de enero. Según explicó el secretario adjunto de la UOM Río Grande, Marcos Linares, en la reunión no participaron todas las empresas del sector, aunque sí asistieron funcionarios que manifestaron su disposición a seguir explorando opciones para sostener la producción.
El gremio planteó la necesidad de suspender el decreto, pero, según Linares, “la respuesta oficial fue negativa”. En ese contexto, se analiza una posible prórroga de seis meses.
La principal preocupación del sindicato radica en que los celulares de gama media y baja dejarían de ser competitivos frente a los productos importados si se concreta la baja arancelaria. Frente a este panorama, la organización sindical advirtió que se encuentra en alerta. “Si no fuera así, vamos a evaluar y tomar decisiones para defender los puestos de trabajo. No descartamos ninguna medida”, expresó Linares.
Además, el dirigente cuestionó la falta de definiciones del Ejecutivo nacional. “Desde que asumió este gobierno, nunca se nombró la palabra industria. Se viene desregulando todo: calzado, vestimenta, automotriz, maquinaria agrícola. Y la nuestra está en la mira”, afirmó.
En cuanto al ánimo de los trabajadores, reconoció una creciente preocupación en las plantas. Recordó que el gremio había declarado un paro por tiempo indeterminado tras conocerse el decreto, aunque luego fue levantado para abrir una instancia de diálogo. No obstante, remarcó que “vamos a estar unidos y organizados para tomar cada decisión necesaria” si no se encuentra una solución.
La próxima reunión de la mesa de negociación será en Buenos Aires luego del feriado del 9 de julio, aunque aún no hay fecha confirmada. “Donde nos convoquen, vamos a estar”, aseguró el dirigente.
Por último, Linares expresó su inquietud ante la posibilidad de que algunas empresas abandonen la producción local para importar directamente. “Muchos tienen la licencia de las marcas. Si la producción local deja de ser viable, podrían importar, y ahí los únicos que quedamos sin futuro somos los trabajadores”, concluyó.
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