En diálogo con FM Fuego, el representante de la federación chilena de transporte pesado explicó, “Primero que todo agradecer el contacto y la disposición para escuchar la otra cara de la moneda. El anuncio que hizo el gobernador del Chubut nos afecta mucho, pero lo que más nos duele es la forma de decir las cosas, el tratamiento del tema y el discurso de odio que se generó en el momento en que se emitieron esos comentarios”.
El transportista detalló que, aunque circulan casi dos mil kilómetros por territorio argentino, siempre han respetado la autoridad local y cumplido con todas las normativas vigentes, a pesar de que en ocasiones se les han impuesto tasas y comisiones no contempladas en el acuerdo bilateral de 1974. “Nos han instaurado tasas y comisiones que no están dentro de lo acordado, y siempre hemos agachado la cabeza, siempre hemos respetado y pagado en las aduanas al ingresar y salir de Argentina”.
Sobre la acusación de que los camiones chilenos dañan las rutas argentinas, explicó que es infundada y contradicha por la normativa vigente, “El 90% de la flota chilena que ingresa a Magallanes tiene un tope máximo de 42 toneladas, mientras que en Argentina el tope para los camiones es de 52 toneladas y media. Por lo tanto, no somos nosotros los que rompemos las rutas. Además, existen tres controles de vialidad para los camiones chilenos: en Rincón, en la aduana de Cardenal Samoré, en Piedrabuena (Santa Cruz) y en Monte Aymond, donde se controla que no excedan el peso permitido. No hay camiones chilenos que circulen excedidos en peso por Argentina”, afirmó.
El malestar también se extiende al clima de hostilidad que se ha generado en las rutas. “Desde hace dos años, desde que el entonces intendente gobernador de Bariloche declaró que ningún camión chileno iba a circular por esa ciudad, la situación se agravó. Hoy en la carretera nos insultan, nos hacen gestos negativos, y a mí me han arrojado botellas vacías al parabrisas del camión. Estos discursos solo exacerban los ánimos y nosotros estamos en total desacuerdo. Nosotros solo queremos trabajar, abastecer una zona extrema, al igual que lo hacen los transportistas argentinos en Tierra del Fuego”.
El representante destacó además la gran cantidad de restricciones que enfrentan, que respetan en todo momento, y denunció una falta de reciprocidad entre ambos países: “A nosotros nos ponen muchas restricciones que siempre respetamos, pero las autoridades chilenas tienen una política de integración con los transportistas argentinos que no encontramos en el lado argentino. Por ejemplo, en Río Grande y Ushuaia reciben carga peligrosa que nosotros no podemos transportar, ya que en Chile la carga peligrosa ingresa vía marítima a Magallanes. Cuando ocurre un accidente en Chile, las empresas argentinas pueden acudir a retirar la carga y los vehículos accidentados, pero en Argentina, cuando sufrimos accidentes, primero nos roban la carga, a veces frente a la pasividad de las fuerzas de seguridad, y luego aduanas nos multa por internación ilegal de mercadería”.
En esa línea, Jaime Cárdena, también recordó que, durante años, los transportistas chilenos han acatado normas y pagado aranceles al ingresar y salir de Argentina, a pesar de que el acuerdo bilateral de 1974 no contempla esos cobros. “Podemos pagar un peaje, no tenemos problema, siempre y cuando haya una ruta adecuada y que cumpla con los estándares internacionales. Pero lo que no vamos a aceptar es que se nos impongan tasas por una ruta que no es responsabilidad nuestra”.
En cuanto a la importancia de la integración regional, el dirigente remarcó la magnitud del transporte en ambas zonas extremas del continente y la necesidad de reciprocidad, “Si comparamos el volumen de carga que entra a Tierra del Fuego con la que se traslada a Magallanes, en 2023 ingresaron 271 millones de kilos de carga chilena a la región de Magallanes, mientras que a Río Grande ingresaron 1427 millones, seis veces más. Somos países hermanos y compartimos esta Patagonia extrema. Pero lamentablemente la región está muy aislada y las autoridades no comprenden la relevancia que tiene este tema”.
Asimismo, el dirigente recordó una reunión con el exembajador argentino en Chile, Jorge Faurie, en la que pudo constatar la falta de interés oficial por el problema, “Le hablé sobre las problemáticas que tenemos en la Patagonia, y la respuesta fue que para él no era un tema, porque el volumen de camiones era muy bajo. Fue una patada en el estómago. Le expliqué que cuando ocurre un accidente en Chile, las empresas argentinas pueden ir a recoger la carga, pero en Argentina eso está prohibido, y si nos pillan remolcando a un camión chileno, nos secuestran el vehículo. El embajador me preguntó si eso era legal en Argentina, y le respondí que no. Me quedó claro que no le interesaba el tema”.
El dirigente afirmó que esta falta de comprensión y la reciente declaración del gobernador de Chubut solo sirven para tensar más la relación y que ellos no están dispuestos a aceptar más aranceles unilaterales, “No sabemos si el gobernador solo busca hacerse publicidad o ganar votos con esta medida, pero lo único que tenemos claro es que no vamos a aguantar más aranceles. Estamos enviando ese mensaje a nuestras autoridades centrales y regionales, que deberán buscar una solución. No queremos pagar para que con ese dinero se arregle una ruta que no es nuestra responsabilidad”.
Finalmente, insistió en la necesidad de reciprocidad y en que los acuerdos internacionales se respeten, “El artículo 21 del tratado de 1974 dice que no hay que tener agentes o representantes aduaneros para los camioneros, pero a nosotros nos obligaron a tener despachantes de aduana y los hemos aceptado. Todo tiene un límite. No vamos a pagar ni un peso más en Argentina ni a tener agentes aduaneros que nos representen. Siempre hemos sido respetuosos, pero esto ya superó el límite. Si se cobra, reaccionaremos y exigiremos que se respete el tratado”.
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