Según el parte médico de este lunes, el Papa continúa con oxígeno de alto flujo de manera permanente y presenta una leve insuficiencia renal inicial, que por ahora está controlada. Además, se reportó una ligera mejora en sus niveles de anemia y estabilidad en su trombocitopenia, gracias a las transfusiones recibidas en los últimos días.
No obstante, su cuadro sigue siendo delicado. El sábado sufrió un ataque asmático prolongado, lo que obligó a intensificar los cuidados. Desde la Santa Sede informaron que "la noche transcurrió bien, el Papa durmió y ahora descansa".
El equipo médico ha pedido cautela respecto a su evolución, ya que la combinación de su avanzada edad y problemas respiratorios previos, como la bronquitis asmática, agravan el panorama. "La situación sigue siendo preocupante. La edad del Santo Padre y su historial médico complican considerablemente el cuadro", explicó el virólogo Fabrizio Pregliasco.
Mientras Francisco continúa internado, fieles católicos de distintos países, desde Argentina hasta Irak, han organizado cadenas de oración pidiendo por su pronta recuperación.
En un mensaje transmitido a través de fuentes vaticanas, el Papa expresó tranquilidad y optimismo: "Continúo con confianza mi hospitalización, cumplo con los tratamientos indicados y recuerdo que el descanso también es parte de la terapia".
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