Según su relato a Cadena 3, el ataque ocurrió durante la madrugada del pasado sábado, cuando toda la familia dormía en su vivienda. “Nos despertó la explosión, pudimos salir porque Dios fue grande”, relató la mujer quien agradeció que su nieto y sobrina de tres años lograran escapar del incendio. Los agresores prendieron fuego la ventana de su casa utilizando nafta, un acto que dejó a la familia aterrorizada y en un estado de constante alarma.
Elvira explicó que su hija, quien hasta noviembre del año pasado llevaba una vida tranquila, comenzó a cambiar tras involucrarse con esta persona con la cual tiene una relación a la que la misma se opuso. La mujer indicó que se mudó recientemente junto a su familia a esa provincia. “Estoy perdiendo a mi hija por el consumo de drogas”, expresó con angustia frente a los estragos que genera el "pipazo", una variante de la cocaína fumable que ha emergido como un problema creciente en Córdoba, similar al conocido "Paco" en Buenos Aires.
A pesar de sus esfuerzos por protegerla, las respuestas de las autoridades han sido insuficientes. “No tuve ningún respaldo de la justicia porque ya había ido para asesorarme, pero lamentablemente cuando cumplió los 18 años, el 2 de enero, me dijeron que ya no podía hacer más nada, que ella está por sus medios ahí”, lamentó frente a la decisión de la joven de irse del domicilio hace dos semanas. Aunque presentó pruebas y testigos sobre el ataque, los responsables siguen en libertad. La única medida tomada ha sido la asignación de custodia policial para su protección.
También denunció que el barrio San Roque está bajo el control de los narcotraficantes, quienes operan como una “asociación de familias” que venden drogas desde sus casas. El miedo prevalece entre los vecinos, quienes evitan hablar para no sufrir represalias. “El barrio lo sabe, pero lamentablemente también es cómplice porque obviamente nadie va a hablar por miedo”, señaló.
La madre fueguina expresó su desesperación y frustración ante la falta de acción por parte de la Justicia. “A ellos no les importa que tengan madre, que tengan padre, que tengan hermano, que tengan un futuro. Son los dueños de tu vida, de la calle, todo”, afirmó. Mientras espera que los agresores sean aprehendidos, Elvira vive con el temor constante de nuevos ataques. “Si la Justicia lo deja como si nada, me tengo que ir”, concluyó.
Comentarios